Casado con un extranjero (HIGUEL)

¡UPS! Día de resfriado

Otoño, estación de hojas de distintos tonos de naranja, vientos frescos, Halloween para unos y día de muertos para otros. . .

Para Hiro es la estación más molesta ahora porque en todo este tiempo viviendo en su nueva casa llegó la pesadilla del año donde gracias a que en San Fransokyo hay muchos árboles en varios varias zonas, sobre todo en la que ahora vivía disque para mantener ese detalle tradicional y fresco ahora se encontraba barriendo las hojas del patio de su casa. Miguel ya le había dicho que se pusiera un suéter porque no fuera que se enferme pero el pelinegro no le prestó ni la más mínima atención pues aseguraba que no hacía nada de frío y que podía hacerlo solo, ahora entendía a su tía cuando barría las hojas por el Lucky Cat y los regañaba por jugar con ellas después es muy desesperante estar barriendo todo.

Finalmente terminó y ahora sí se puso su chaqueta y salió rumbo a su escuela, Miguel por su parte no se quedó del todo tranquilo pero bien decían las mamás y las viejitas de su país: "Nomás que si se enferma va a ver"

Después de eso salió a "trabajar"

La rutina de Miguel no es como la de Hiro que tiene horarios, clases, hora de entrada y salida, en su caso es solo cuando ese deber llama. Los del gobierno no lo saben pero el fácil entra y sale del país cuando quiera debido a que no solo se desplaza entre la tierra de los muertos, también por que la muerte es la única que trata como iguales a todos ya que no hay ricos o pobres, buenos o malos, mayores o menores, si llega su hora entonces llega sin importar que por lo que ya sea entre semana o fines de semana días de vacaciones o laborales siempre va a consolar aquellas almas que se rehúsan a irse.

No es tan complicado dependiendo de a dónde tiene que ir a ayudar, en México es donde más le agrada ir no solo porque sabe que el nació y murió allí sino que también porque es más fácil llevarse a las almas ya que nada como un trago de mezcal con una plática no convenza a nadie de irse ya que en su mayoría se desahoga antes de pasar al más allá y si no. . . simplemente procede a cantarles para que lo sigan como un flautista de Hamelin, pero jamás fue fan de llevarse las almas a la fuerza.

Cercas había ocurrido un accidente automovilístico, un hombre mexicano era el conductor, conducía de camino a su trabajo cuándo unos jóvenes que querían estrenar su auto iban a exceso de velocidad y se llevaron el auto, los jóvenes estaban siendo llevado por la ambulancia mientras discutían como sacar al hombre ya que el auto se había volteado pero. . .Miguel sabía que no quedaba mucho tiempo por lo que aprovechando que nadie lo veía se acercó.

- Usted tranquilo. . .ya dejara de dolerle.

- N-No veo nada, está todo borroso. . .mi cabeza duele demasiado - decía aquel hombre con dificultad.

- Como le dije, ya dejara de dolerle, vengo en nombre de aquella que a todos nos lleva y. . .temo decirle que máximo le quedan unos minutos no podrán sacarlo a tiempo.

- M-Me. . .me niego a morir aquí. . .lejos de mi tierra. . .m-mi esposa y. . .m-mi bebe. . .no sabrán que me paso. . .no viven aquí. . .

- Le prometo que sabrán perfectamente que paso, no se preocupe por ellos, venga conmigo tome mi mano, escuché por allí que una tal Doña Yayis le espera con un plato de tlacoyos calientes.

- ¡¿uh?! ¿conoces a mi madre?

- Es mi deber saber todo de los que ya se van, pero créame que no solo es ella, su hermano también está allá y su padre, te esperan vamos.

Extendió su mano y el hombre difícilmente pudo tomarla y mientras su mano física caía, su espíritu ya en esqueleto salió sin problemas del auto, una vez pasaba eso el trabajo de Miguel ahora solo consistía en llevarlos a un cementerio donde podría hacer un portal al más allá.