El diablo no negocia

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Dos días después Leo se vio forzado a acompañar a Miguel a buscar el regalo para sus respectivas parejas, Miguel para conquistar más al amargado de Hiro y el para entrar a casa de nuevo porque resulta que Kubo si cumplió su promesa.

- Esto es humillante y a todo esto ¿Los humanos no deberían estar a nuestro merced en vez de que nosotros lo estemos? - se quejaba Leo - es imposible que un simple humano me este chantajeando.

- A lo mejor tienes razón pero con las amenazas que tu y yo como ex humanos sabemos que no dudarían en hacer no podemos hacer nada, te lo digo como alguien que recoge muertos, o mueres o sobrevives, no hay de otra.

Mencionaba Miguel como si nada, no era que no le importara, pero estaba ya tan acostumbrado a ese estilo de vida que ya era algo de todos lo días.

- A demás ni te quejes, es obvio que quieres al chino tuertito.

- No lo quiero, es. . .es como un trato, nada más.

- Ah que buen que lo dices, escuché la otra vez que le dijo a Hiro que ya se estaba cansando de ti y a lo mejor pedía que lo pusieran con alguien más.

- ¡COMO SI ME IMPORTARA!

- ¿Y porque te enfadas si no te importa? ¿eh?

Leo refunfuño y ya no dijo nada y simplemente siguió en la búsqueda por algo lo suficientemente bueno como para que Kubo quitara los amuletos que lo dejaban afuera de la casa mientras no dejaba de repetirse entre dientes que era un chino mamón que se cree mucho porque sabe que no puede hacer nada en contra suya porque en el fondo quiere mantener a su abuela y hermano a salvo (aunque haya tratado de matarlo la primera vez que se transformó en el charro negro).

Miguel por su parte sin duda no dejaba de molestarlo con el tema y es que en el tiempo que llevaba conociendo a Leo sabía perfectamente que aunque su naturaleza era del tipo que debía ser un mamón las 24/7 igual si tenía que comprarlo con algo la verdad es que le recordaba un poco a la canción de "No hablaré de mi amor" y de solo imaginarse a Leo como en la escena de Megara hizo que no dejará de soltar carcajadas.

- ¿Ahora tu qué traes? Juro que diré que no te conozco y me iré - amenazó Leo.

- Oh no pasa nada jajajaja solo imaginé algo gracioso.

- ajá

Soltó Leo si darle tanta Importancia mientras veía por la ventana de una tienda de antigüedades, a Kubo le gusta lo tradicional ¿No? y Miguel seguía aguantando la risa lo más que podía hasta que finalmente la tentación fue más fuerte que la advertencia de Leo.

- . . .¿A quién crees que engañas? Él es lo que tú más quieres, Ocultarlo tratas es hermoso lo que sientes, no lo disimules bien sabemos dónde está tu cooorazón woooh.

- ¡Es todo! ¡Ven acá!

Claramente Leo se molestó y lo empezó a perseguir mientras pensaba: "¡Oh dios! ¡¿Porque a mí?! ¡¿Es mi castigo divino por aceptar ser el charro negro?! 10 años de mi vida aguantando a Nando para que venga este pendejo!"

Miguel por su parte andaba de lo más divertido y no dejaba de cantar mientras corría.

- Claramente vemos! Que lo quieres y lo extrañas ¡No lo aceptaremos! Date cuenta que lo amas, Trata de admitirlo, Tienes que aceptarlo ¡Muy enamorado estás!

- ¡Sigue así y averiguaremos si se te puede matar dos veces!

Leo siguió corriendo tras Miguel por varias calles hasta que los dos decidieron un atregua, no porque ya no pudieran correr, pero si se cansaron de tanto hacerlo. Continuó la búsqueda por un buen regalo y es que ya había rechazado demasiadas opciones y es que ninguna cosa le convencía y ni siquiera podía concentrarse con Miguel burlandose de el cada que podía.

Casado con un extranjero (HIGUEL)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora