3. Sabor a Venganza.

32 5 0
                                    

Kaki, Dinah está aquí – aviso Alejandro.

Camila apenas abrió los ojos para ver la hora, volviendo a cerrarlos y dormir.

Es muy temprano, ¿Que hace levantada tan temprano?.

Te traje un regalo, tontuela. No se preocupe Alejandro, yo me encargo de Camila. Vaya a su trabajo con calma.

El extintor está en la cocina, botiquín de primeros auxilios en el baño. En el refrigerador están los teléfonos de la policía, ambulancia y bomberos. Camila, no te rompas una pierna de nuevo por favor.

Ujum.

Camila apenas respondió.

El hombre dejo a ambas chicas solas, saliendo de casa e irse al trabajo.

Levanta ese cuerpo escuálido, Camilita.

Dinah arrebató las cobijas, dejando descubierta a Camila, con una pijama amarilla con plátanos y un agujero dejando ver su ropa interior color rosa.

Son las 5 de la mañana. Quiero dormir – se quejo la castaña.

Cuando veas lo que trae traje, podemos dormir un poco más, ahora levántate.

Antes de Camila, la polinesia tenía problemas para tener amigos.
Intento cambiar para poder agradarle a alguien, hasta que llegó la latina.
Camila le demostró que podía tener un amigo y ser querida, siendo tal y como es.

Dinah sabía los problemas económicos que tenía Camila. No era fácil para su padre, estar solo, cuidando de Camila, trabajando, ser madre y padre a la vez.
Estaba conmovida por la vida de Camila, prometiendose a si misma, gastar hasta el último centavo en sus bolsillos, solo en Camila.

Mostró desinterés a simple vista, pero por dentro, moría de emoción, esperando ver la reacción de Camila.

Camila se sentó en la cama, abriendo la mochila. Parecía ser nueva... Aún tenía la etiqueta.

Al abrirla, los ojos de Dinah brillaron, ocultado su risa, mientras que Camila estaba confundida.

Mi mamá le compro ropa a uno de mis hermanos y no le quedó. Pensé en ti. Tienen la tallas exactas para que entren en tu cuerpo flacucho.

¿Para mí? – pregunto Camila emocionada, viendo unos Convers

Revisando más, encontró ropa y otro par de zapatos de marca.

Dinah mintió.

Fue ella misma que compro todo para su castaña amiga. Ahorrando cada billete y centavo que le daban, vendiendo tareas, podando el césped de algunos vecinos y vendiendo un lápiz mordido a un chico idiota por tres dólares.

Nadie iba a humillar a su amiga por su ropa vieja.

Ahora puedes cambiar esos zapatos gastados, por estos nuevos.

¡Gracias!.

La abrazo, besando su mejilla varias veces.

Oye oye oye, sin contacto físico. Arruinas mi glamour – la alejo de ella.

En el fondo, Dinah estaba mas que feliz por ver emocionada a su amiga, pero no lo iba a demostrar.

Entra al baño para que tires esa ropa pulgosa y te pongas lo nuevo.

Camila sabía que muy en el fondo, Dinah la amaba.

La castaña salto de su cama y corrió al baño de su casa, para cambiarse.
Hasta calcetas nuevas le había llevado y tenían dibujos animados.

¿Los Han Visto?. Parte 1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora