6. Última jugada.

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Antes de acabar la penúltima clase, Dinah ya tenía terminando el proyecto de Normani.
Estaba tal y como Normani lo tenía, antes de ser destruido por accidente.

No me has contado ¿Como es que Normani te convenció para hacer su proyecto? – pregunto Camila.

A castaña revisaba que estuviera todo en orden con la maqueta.

No lo sé... También debo hacer sus tareas.

– ¿Sus que? – Camila miró asombrada a Dinah – ¿Eras bromeando?.

– No, ella me lo pidió. Así que lo debo hacer.

La castaña esperaba a que la polinesia dijera : Es broma.

Le entregaron la maqueta, dejando boquiabiertos a todos.
Regresaron a sus asientos, suspirando.

– Cheechee... ¿Puedo decirte algo?.

– Claro que sí, tontuela.

– No e podido dormir bien. Tengo muchas pesadillas y... Tengo miedo.

Dinah se acercó más a Camila, prestándole atención.

Siempre es lo mismo. Veo a este hombre... Es extraño. Y... – miró a su amiga directo a los ojos – Mi muerte.

– Son solo pesadillas, pequeña. Si vuelves a tener una, me llamas y yo saldré de mi cama, iré a tu casa, trepare por la ventana y dormiré contigo. Estaré despierta hasta que tú duermas.

– ¿Harías eso por mi?.

Por supuesto. Eres mi amiga – sonrió Dinah.

·†·†·†·†·

En algun lugar muy lejano.
A miles de kilómetros.
Un chico pelinegro, con apariencia demacrada, grandes ojeras y labios secos, parecía ocultarse de algo.

Ya te lo dije, amiguito. Ellos son muchos, no podrás contra ellos tu solos – susurro, como si alguien pudiera escuchar.

Estaba solo, en una habitación de un motel.

Se que puedo, hacerlo. Tengo mucho más poder que hace una semana.

El chico reviso al exterior de la habitación, tratando de no mover mucho las persianas.

No lo dudo amiguito. Admito que eres mas fuerte desde que te conocí – sonrió.

Se alejo de la ventana, agachado y atento a su alrededor.
Estaba alerta de cada ruido o movimiento.

Estos tipos son realmente malos y muchos. Apenas e salido con vida de ellos. Son fuertes.

Yo quiero ayudarte. Conocerte en persona, que estés a salvo.

Se sentó en el suelo, contra la pared. Se abrazo a sus piernas, jugando con sus dedos, sin pensar alto.

El joven hablaba con un niño.

El niño era un gran telépata, tan poderoso que podía comunicarse con el, desde miles de kilómetros. Pero su poder era mas que una simple "Telepatía".

Hombrecito, ya me has ayudado mucho. Sigo vivo gracias a ti. Tal vez, en un futuro cercano, te pueda conocer.

¿Enserio?.

– Por supuesto, Chris. Solo debo desviar a estos monstruos para no guiarlos a ti.

Te va a gustar mi cuarto. Tengo una litera, tu puedes dormir arriba y te llevare cereal todas las mañanas. Seré el mejor amigo de todo el mundo para que te sientas en casa.

¿Los Han Visto?. Parte 1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora