Broken Wolf| Liam Dunbar

Un viaje, un rescate y una golpiza

Eda se sentía abatida, tenía demasiadas dudas sobre demasiadas cosas, de hecho, quería incluso decirles a ambos chicos la verdad detrás de la razón del porque se comportaron tan mal con ella, de porque todo eso debía pasar porque algo más grande que sus emociones estaba en marcha, extrañaba a sus amigos, extrañaba a su padre, pero no era el momento de ser débil.

Corría junto a los chicos hacia una gasolinera que estaba cerrada y aparentemente abandonada, la chica se quedó en silencio simplemente observándolos sacar gasolina mientras ella observaba el paisaje, con su hermana a su lado.

—Me alegra que vinieras con ellos, todo empezará a salir bien, solo escucha—le pide y Eda escucha la conversación entre Stiles y Scott.

Sonriendo para sus adentros ante las palabras del alfa, al parecer ya no importaba que sus amigos se separaran o la alejarán, lo cual, no sabía si era mejor o peor, dado que, si ellos ya no iban a causarle sufrimiento, entonces ¿Qué era aquello que rompería su corazón lo suficiente para abrir el portal entre su mundo y el mundo de la cacería fantasma?

—¿Será el momento adecuado para decirles? —pregunta al aire, no a su hermana fantasma, no, sino a sus hermanos elementales, aquellos que siempre estaban vigilándola, al acecho

—Diles—murmura un susurro del viento en sus oídos

—¿Eda? Vamos, tenemos la gasolina—Scott le muestra el tanque lleno y la pelirroja asiente caminando a su lado, bajo el abrasador sol

—¿Sabían que el sol es más peligroso para las pelirrojas? Podrían generar más rápido un cáncer de piel—comenta sin saber como romper el hielo y los dos chicos se miran entre sí

—Sanas rápido, creo que un cáncer es imposible para ti—dice Stiles y Eda suspira

—Tengo algo que confesarles—murmura sin dejar de caminar pues Kira aguardaba y cada momento era crucial

—¿Qué sucede? —pregunta Scott intentando ocultar su alegría de que Eda les estaba volviendo a hablar

—Ustedes no tuvieron la culpa de las cosas que me hicieron o en todo de lo que dijeron—confiesa y una vez más, ambos amigos se miran sin comprender

—¿Cómo? —preguntan ambos al mismo tiempo

—Mientras estábamos ocupados con los doctores del miedo y las quimeras, yo encontré un libro donde viene la profecía traducida y toda mi historia, no puedo contarles todo, pero solo quiero que sepan que no es su culpa haberme tratado mal, eso debía pasar para que los doctores del miedo me pudieran atrapar estando vulnerable, por dios, incluso que Chris se fuera estaba escrito, aunque eso no quita el hecho de lo mucho que duele

—Eda, nosotros...

—Se que lo lamentan y se que se sienten culpables, pero solo quería que supieran que no es su culpa, debían alejarse de mí, debían dejarme desprotegida para que los doctores crearan esa cosa horrorosa...no puedo perdonarlos del todo porque...aun lo recuerdo y duele, pero solo quería que supieran que ustedes no tuvieron la culpa de nada

—Gracias y Eda—Scott toma su mano, impidiéndole seguir avanzando—te prometo que te compensaré...todos nosotros te compensaremos todo y...no están sola en esto, si necesitas de nuestra ayuda

—Lo sé—dice con una pequeña sonrisa—vamos, debemos salvar a Kira—les recuerda y vuelven a emprender el rumbo, con un ambiente ya no tan incomodo, sintiendo que nuevamente todo estaba encaminándose en el buen camino.

Estaba muy oscuro, había anochecido y unas tenebrosas nubes con relámpagos se veían en el horizonte y sabían que ese era el lugar a donde debían ir, Eda lo sentía en cada fibra de su cuerpo, ahí era el lugar donde estaba Kira, debían apurarse antes de que las transformistas la atraparan para siempre en su culto extraño.