Persecución

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Edalyn Argent observaba sin inmutarse, como Parish, su hermano, derrotaba fácilmente a las quimeras de la manada de Theo mientras este sostenía a Lydia del cuello, en un intentó de hacer que Jordan se detuviera y estuviera bajo su control, en eso, cuando Theo suelta el primer gruñido de dolor, toda la situación que estaba a favor del sabueso y Valack, da un giro de 180° cuando este ultimo decidió lastimar a la quimera que nadie debía tocar.

Eda observó impotente mientras Valack lastimaba a Theo, su corazón se retorcía de dolor y rabia. Con el taladró que perforó el hueso de Theo, al mismo tiempo perforaban su alma, desencadenando una tormenta de emociones en su interior.

En medio de su furia y desesperación, tomó a Valack del hombro, empezando a quemarlo, sus ojos, solo se comparaban con los de su hermano, su sonrisa, era peor que la de un demonio y se deleitaba escuchando el dolor del doctor, a su alrededor, todos se detuvieron.

Jordan, el sabueso del infierno, un súbdito de la elemental de fuego, detuvo su avance, confundido entre salvar a Lydia o esperar a que Eda hiciera el trabajo, en medio de su roja visión, un recuerdo de una noche especial a lado de Theo se coló en su mente.

Theo y ella se encontraban recostados en el techo de la casa, las estrellas brillaban en el vasto y despejado cielo nocturno, así de limpio y calmado, reflejando lo que Eda sentía a lado de Theo, él acariciaba sus cabellos pelirrojos de los cuales era adicto y Eda simplemente jugaba con sus dedos entrelazados.

—Theo—murmura su nombre con la suavidad de una sedosa tela

—¿Sí?

—No dejaré que mueras o te alejen de mi como dice la profecía, no me importa tener que enfrentar al mismo destino de frente...no dejaré que nadie te haga daño—había una determinación inquebrantable en su voz y Theo sonríe

—Mi pelirroja favorita—murmura Theo con un cariño que rara vez usaba con alguien que no fuera Eda—yo no dejaré que te manches las manos por mí, aunque, me siento halagado que estes dispuesta a quemar el mundo por mi

—Hablo en serio

—Yo también, Eda, lo que tiene que pasar pasará y me agrada que sea yo y no el idiota de Liam, porque, aunque algo horrendo me pase, aún tendré tu corazón conmigo y eso me hace la quimera más egoísta y afortunada de todas—besa su coronilla y Eda suspira.

Pero dejando su promesa en cargo de las estrellas que los contemplaban.

Justo cuando se preparaba para tomar medidas drásticas, Theo la detuvo, sosteniendo suavemente su mano, buscando calmar su furia descontrolada y a diferencia de otras ocasiones, esta vez, el fuego de Eda no lo quemaba, lo envolvía, pero no sentía daño alguno.

—Eda, no...déjalo—le pide, pues ya tenía lo que quería y fue testigo de cómo el sabueso infernal se detuvo ante la presencia del poder de Eda y supo que ya no necesitaba a Lydia, sus palabras resonaron en el aire, rompiendo el impulso de Eda y haciéndola dudar de su decisión. La mirada de Theo, llena de amor y preocupación, penetró en su ser, recordándole que su relación estaba basada en algo más profundo que la venganza hacia un desgraciado doctor bueno para nada.

Eda sintió una oleada de gratitud y amor hacia Theo, reconociendo que su verdadero poder radicaba en el cuidado y la comprensión que compartían. La promesa que había hecho en aquella noche estrellada no se trataba de hacer daño a otros, sino de estar ahí el uno para el otro y ahora lo comprendía.

En medio del caos de emociones, Eda tomó una decisión difícil pero necesaria. Dejó que la ira se disipara lentamente, reemplazándola con la determinación de proteger a Theo de una manera que no comprometiera su propia integridad y en lugar de matar a alguien, se puso en frente de Theo, protegiéndolo del ataque de Parish quien arrojó a Corey hacia la entrada.

Broken Wolf| Liam DunbarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora