El profesor Jeon se había equivocado al girar. Podría decirse que su vida estaba llena de giros equivocados, pero ése había sido totalmente accidental. Estaba leyendo en su iPhone un correo electrónico de su hermano, que seguía enfadado, mientras iba conduciendo su Jaguar en mitad de una tormenta en plena hora punta por el centro de Toronto. Por todo eso, había girado a la izquierda en vez de hacerlo a la derecha en la calle Bloor, dejando atrás el parque Queen. Y eso quería decir que iba en dirección contraria a la de su casa.
No podía cambiar de sentido en la calle Bloor en plena hora punta. De hecho, hasta le costó meterse en el carril derecho para poder dar la vuelta. Y así fue como vio a YoonGi con un aspecto patético y muy mojado, que caminaba desanimado por la calle, como si fuera una persona sin hogar, y, en un ataque de culpabilidad, se encontró invitándole a subir al coche, un coche que era su orgullo y su capricho.
ㅡSiento estropear la tapicería ㅡse disculpó él, inseguro.
El profesor sujetó el volante con más fuerza.
ㅡTengo a alguien que lo limpia cuando se ensucia.
YoonGi agachó la cabeza, tratando de ocultar el daño que le habían causado sus palabras. Acababa de compararlo con basura. Aunque no sabía de qué se extrañaba. Era consciente de que, para él, no valía más que la suciedad del suelo.
ㅡ¿Dónde vive? ㅡle preguntó Jungkook, tratando de iniciar una conversación sobre un tema seguro y educado que llenara lo que esperaba que fuera un trayecto breve.
ㅡEn la avenida Madison. Está ahí al lado, a la derecha ㅡrespondió YoonGi, señalando con el dedo.
ㅡSé dónde está Madison ㅡreplicó él con su impaciencia habitual.
Él lo miró con el rabillo del ojo y se encogió en el asiento. Despacio, se volvió hacia la ventanilla y se mordió el pulgar.
Jeon Jungkook maldijo para sus adentros. Incluso bajo aquella maraña de pelo mojado era bonito. Un ángel de pelo castaño vestido con vaqueros y zapatillas deportivas. Su mente se detuvo ante esa descripción. El término « ángel de pelo castaño» le resultaba extrañamente familiar, pero no logró recordar de qué le sonaba.
ㅡ¿En qué número de Madison? ㅡpreguntó en voz tan baja que a YoonGi le costó entenderlo.
ㅡEn el cuarenta y cinco.
Él asintió y aparcó frente al edificio de tres plantas. Era una casa de ladrillo rojo convertida en apartamentos.
ㅡGracias ㅡmurmuró y se apresuró a abrir la puerta para escapar.
ㅡ¡Espere! ㅡle ordenó Jungkook, alargando el brazo para coger un gran paraguas negro del asiento trasero.
YoonGi aguardó asombrado a que El Profesor diera la vuelta al coche y le abriera la puerta con el paraguas listo, esperando mientras su abominación y él salían del Jaguar, para acompañarlo luego hasta la puerta del edificio.
ㅡGracias ㅡrepitió YoonGi, mientras trataba de desabrochar la medio atascada cremallera de la mochila para sacar las llaves.
Él intentó disimular el disgusto que le provocaba la visión de aquella bolsa y permaneció en silencio mientras él luchaba con la cremallera, viendo cómo se ruborizaba al no conseguirlo. Recordó la expresión de su cara en su despacho, arrodillado en la alfombra persa, y se le ocurrió que tal vez el problema actual fuera culpa suya.
Sin decir nada, le quitó la mochila de las manos y le dio el paraguas. Tras acabar de romper la cremallera, la sostuvo delante de él para que buscara las llaves.
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THE DIVINE HELL [KookGi] +18
FanfictionEl enigmático y encantador profesor de maestría Jeon Jungkook, un célebre experto en Dante, del clásico título La Divina Comedia de Dante Alighieri, es un hombre atormentado por su pasado y orgulloso del prestigio que ha conseguido, aunque también e...