YoonGi se despertó a la mañana siguiente desnudo. O eso le pareció.
Estaban en la cama de Jungkook, con las piernas entrelazadas. Tenía la cabeza apoyada en el hombro de él y uno de sus brazos alrededor de las caderas.
Recorrió la espalda de él con la mano hasta comprobar que no estaba desnudo. Al bajar la vista, vio que llevaba puesto el bóxer.
En sus sueños, se habían metido en la cama desnudos y habían hecho el amor horas y horas.
Jungkook se le había colocado encima y lo había capturado con la mirada, como si fuera un imán, mientras lo penetraba lentamente hasta que se habían convertido en un solo ser. En un círculo eterno sin principio ni fin. Lo había adorado con su cuerpo y sus palabras. Había sido más bonito y emotivo que en sus sueños anteriores.Pero no había sido más que eso. Otro sueño. Suspiró y cerró los ojos, recordando los acontecimientos de la noche anterior. El dolor y el alivio llenaron su corazón. Dolor por la pérdida de Jungkook y por la desesperación que lo torturaba y alivio porque ya no quedaban secretos que se interpusieran entre ellos.
Jungkook murmuró su nombre, mientras los ojos se le movían bajo los párpados muy de prisa. Estaba profundamente dormido. La noche anterior había sido agotadora para él. Se había desmoronado.
Liberándose de su abrazo con mucho cuidado, se levantó para ir al baño.
Al mirarse en el espejo, vio que tenía el pelo alborotado y los labios hinchados por los besos. Él le había dejado varias marcas en el cuello y el pecho, muy ligeras, que no le dolían en absoluto. Había sido un amante considerado pero entusiasta.
Se lavó la cara y se cepilló el pelo. En vez del albornoz lila, se puso provocativamente una camisa de Jungkook. Recogió el Globe and Mail del rellano y saludó con la mano al nervioso vecino, que lo miró boquiabierto con sus gafas sin montura, antes de desaparecer en su casa como un ratón asustado. No estaba acostumbrado a ver tanta belleza tan temprano. Además, llevaba sólo unos pantalones de pijama con dibujos de Superman.
Cuando YoonGi entró en la cocina, se la encontró hecha un desastre, ya que la noche anterior habían estado demasiado distraídos como para ocuparse de temas tan prosaicos. Tras darse el lujo de disfrutar de un trozo de tarta de manzana con queso cheddar de Vermont, se dedicó a devolver al apartamento de Jungkook su esplendor inicial. Le llevó más rato del que había previsto.
Cuando la cocina estuvo inmaculada y, en vista de que él seguía durmiendo, se sirvió una gran taza de café y se sentó a leer el periódico en la butaca frente al fuego. La imagen de su blusa tirada en el suelo junto a la camisa Oxford de Jungkook lo hizo ruborizarse y sonreír al mismo tiempo.
« Por desgracia, eso es más de lo que podemos hacer tú o yo» , pensó, recordando el poema sobre la pulga.
Jungkook se había detenido. Él se habría entregado gustoso porque lo amaba. Para YoonGi, no se trataba de saber si se entregaría a él, sino sólo de cuándo. Pero Jungkook había murmurado algo ininteligible contra su pecho desnudo y se había detenido.
Tenía tanto miedo de que lo abandonara cuando descubriera su relación con Paulina y la trágica pérdida de su hija. Pero su confesión, lejos de apartarlos, los había unido aún más. Al menos, YoonGi había logrado convencerlo de eso.
« Y tal vez, dentro de tres días, estaremos tan unidos como puede estarlo una pareja» .
Faltaban dos días para que salieran de viaje hacia Italia y él lo acompañaría a la conferencia como su novio. Y cuando su estancia en Florencia llegara a su fin, tal vez pudiesen visitar Venecia o la región de Umbría como amantes.
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THE DIVINE HELL [KookGi] +18
Fiksi PenggemarEl enigmático y encantador profesor de maestría Jeon Jungkook, un célebre experto en Dante, del clásico título La Divina Comedia de Dante Alighieri, es un hombre atormentado por su pasado y orgulloso del prestigio que ha conseguido, aunque también e...