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Hola, Namjoon. Lo siento. No oí el timbre. ¿Se habrá roto? Jeon me abroncó, pero no tengo que dejar el curso (uff). Tengo que encontrar nuevo director. Estoy en ello. Hablamos luego. Gracias. YoonGi.

Namjoon contempló extrañado el mensaje de texto que le acababa de enviar YoonGi. ¿Un timbre roto? Qué oportuno. No sabía si estaba tratando de librarse de él porque se sentía avergonzado por su altercado con el profesor Jeon o por alguna otra razón. En cualquier caso, no tenía tiempo de seguir persiguiéndolo.
Jeon le había enviado un correo electrónico pidiéndole un listado de libros que quería que sacara de la biblioteca y le dejara en su despacho antes de la una.

Tras enviarle a YoonGi un breve texto diciéndole que se alegraba de que estuviera bien, salió de su apartamento y, un poco desconcertado, se dirigió a la biblioteca Robarts.

***

YoonGi estaba de rodillas en el sofá de piel, mirando por encima del respaldo, con la barbilla apoyada en los brazos cruzados. La vista desde los ventanales del salón de Jungkook era espectacular. Desde su situación privilegiada veía buena parte del centro de la ciudad y un trozo del lago Ontario. Los árboles ya habían empezado a cambiar de color y se veían muchas manchas doradas, amarillas, naranja y rojas entre el verde. La visión le recordó los paisajes canadienses que Namjoon lo había llevado a ver en la Galería de Arte de Ontario.

Se había ofrecido a ayudar a Jungkook a recoger las cosas del desayuno, pero él no había querido ni oír hablar de ello. Le había dado un beso en la frente y le había dicho que se relajara, como si fuera tan fácil. Contemplar el panorama le daba la oportunidad de mirar algo bonito mientras en su mente repasaba una y otra vez la conversación que habían mantenido, comparándola con sus encuentros anteriores.

¿Cómo había podido estar tan ciego? ¿Y por qué le habían escondido los Clark su adicción? Siempre lo habían tratado como si fuera un miembro de la familia, pero ni siquiera Jin le había comentado nada al respecto, a menos que se pudiera considerar como tal su reciente referencia a la oscuridad de Jungkook. ¿Es que todos los miembros de la familia Clark hablaban siempre con metáforas, como si fueran poetas metafísicos? Iba a tener que apuntarse a una clase de crítica literaria para poder entender sus alusiones.

Jungkook se apoyó en la chimenea y lo observó. Parecía cómodo, de rodillas en el sofá, mirando por la ventana como si fuera un gato. Pero la tensión en sus hombros delataba que estaba preocupado. Se sentó a su lado, asegurándose de dejar una distancia segura entre ellos. Cuando YoonGi no hizo amago de acercarse, ni siquiera de mirarlo, él alargó la mano.

ㅡPor favor ㅡle pidió con una sonrisa.

Él le dio la mano, no muy convencido, y Jungkook tiró hasta tenerlo a su lado.

Abrazándolo, le dio un beso en la cabeza.

ㅡMucho mejor ㅡdijo él.

YoonGi suspiró y cerró los ojos
.
ㅡ¿Estás cómodo?

ㅡSí.

Jungkook notó que se relajaba. Después de todo lo que habían discutido, le extrañó que fuera capaz de sentirse tranquilo a su lado.

ㅡ¿Cuándo fue la última vez que alguien te abrazó así? ㅡle preguntó, acariciándole el pelo como si fuera lo más normal.

ㅡAnoche.

Él se echó a reír.

ㅡ¿Y antes?

THE DIVINE HELL [KookGi] +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora