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Muy tarde en la noche, el pequeño despertó de una fuerte pesadilla. — Uuhh...

[...]

— Señor Lee, HyeJin ya está aquí. — Jisung se acercó a Minho en el pasillo, antes de que entrara a su habitación, junto a la nombrada.

— Es un honor ser invitada y ser su huésped esta noche. — hizo una reverencia.

— Sí, serás de ayuda. — se acercó a ella y la tomó por el cuello — ya estaba sediento. — abrió la boca, preparando su mordida. La mujer se dejó manejar.

— ¡Minhonnie! — fue empujado por Felix, quien lo tomó por la cintura, haciéndolo chocar contra la puerta de su habitación.

— Felix — dijo con voz molesta — ¿Por qué estás levantado tan tarde?

— Algo me despertó. Por favor, duerme conmigo, Minho hyung. — pidió con tristeza, aferrándose a su brazo.

— Estoy ocupado ahora mismo.

—¿Eh? — miró a su acompañante, la misma mujer de aquella ocasión. Ésta la miró sin expresión alguna. — ... ¿Vas a beber sangre humana otra vez?

— Te lo he dicho miles de veces, a los demonios les gusta el sabor de la sangre de un humano vivo.

— ¡No! ¡No puedes! ¡En vez de la suya, bebe mi sangre!

— ¡No voy a beber tu sangre, así que vuelve a tu habitación!

— ¡No quiero!

Jisung y Hyejin observaban en silencio esta, seguramente, interminable discusión, por lo que la mujer de acercó a Minho.
— Minho-nim, deje que hoy me vaya a casa temprano.

— ¡¿Qué?!

— Pero a cambio... — se acercó y susurró —... ¿Vendrás a mi mansión mañana por la noche?

— ¿Quieres que vaya?

— Si no vienes, no te volveré a dar mi sangre otra vez. Eso es todo. — sonrió. — Tengan una buena noche — se dio la vuelta para caminar hacia la salida.

— Aagg, ésta chica problemática.

— Minho-nim, ésta mujer sabe su identidad como demonio y es la única persona que te proveerá de sangre, no le conviene enfadarla. —Jisung le susurró. Felix no entendía porqué tantos secretos. — Aunque, dejar de beber sangre no le supondría un problema, ya que no la necesita para vivir. Tómeme a mí como ejemplo, yo no la bebo.

— Ah, supongo que tendré que ir. — ignoró por completo el consejo de Jisung.

— Ah, no estás escuchando.

— ¿Por qué todo el mundo susurra? — preguntó el castaño. Lee apretó su mejilla.

— Tú quedate callado, todo esto se originó por tu aparición. — tiró aún más de él, sin embargo, Felix sólo sonrió. — ¿Ah? ¿Qué está mal contigo?

— ¡Minhonnie me tocó! — risueño.

Lee suspiro y sonrió de lado — Eres extraño.

Felix siempre fue una persona extraña

— Vuelve a tu habitación. — ordenó el demonio.

—¿Eh?

[...]

La puerta de su habitación se abrió sin aviso

— Minhonnie, buenos días, mira esto. — Felix entró mostrando un libro y con flores de papel en las manos.

 𝖀𝖓𝖆 𝖋𝖑𝖔𝖗 𝖕𝖆𝖗𝖆 𝖚𝖓 𝖉𝖊𝖒𝖔𝖓𝖎𝖔 - ᴍɪɴʟɪx - [𝐀𝐝𝐚𝐩𝐭𝐚𝐜𝐢ó𝐧]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora