23

330 47 4
                                    

A Minho no le quedó más que sentarse en su trono, totalmente fastidiado.

— Oh, Minho, feliz cumpleaños. ¿Te estás divirtiendo? — Hyunjin apareció a su lado con dos copas de vino.

— ¿Quién eres tú? No te conozco. — Traía su codo apoyado en el brazo del asiento, mientras apoyaba su cabeza en la mano, mirando a Hyunjin con despresio.

— Oh, qué cruel, soy tu mejor amigo, Hyunjin. — Su cabello estaba peinado hacia atrás, dejando ver su frente, lo que le daba una visual increíble. Vestía un traje blanco. — Ten — le extendió una de las copas.

Lee tomó la copa. — Hyunjin-nim, no puede subir al trono. Baje de inmediato. — uno de los empleados lo regañó.

— Ya, ya. — miró a Minho que bebía. — Por lo menos intenta verte como si disfrutaras la fiesta un poco más.

— Ni siquiera la estoy disfrutando.

— Mira todos los que vinieron a celebrar y esa montaña de regalos.

— Solo tratan de agradarme.

— Bueno, no puedo negar eso. Esto sólo es un show de los ancianos para mantener las apariencias.

— Está es una tradición inútil y sin sentido que se hace año tras año. Esta fiesta y esos regalos no tienen ni una pizca del valor que tienen las flores que Felix me da inútilmente cada día. — dijo esto de forma tan natural y tranquila, que Hyunjin se le quedó mirando sorprendido.

— ¿Qué es esto? ¿Acaso tu malhumor se debe a aque Felix-ssi no está celebrando el cumpleaños contigo y su enorme sonrisa? —medio se burló, medio preguntó en serio. — Sólo pude dar un leve vistazo al asunto de hace rato, pero pude notar que Felix-ssi era un adulto y estaba llorando. ¿No?

— No sé. — Ya estaba fastidiado, ¿por qué siempre tenía que preguntar todo?

— Ah~ ya veo. Estás malhumorado porque no te dijo la razón por la cual estaba triste jijiji.

— CÁLLATE.

— Hm, no sé. Él fue traído a un lugar desconocido y también lo separaron de ti, quizás se sentía solo. — Minho se quedó pensativo.

— ¡Hyunjin-nim! — volvió a llamar la atención el mismo sirviente.

— Ah, sí, sí. Me bajaré ahora. Bien, nos vemos Minho, cuidaré de Lix-ssi ahora. — se dirigía a bajar del trono.

— ¡Hyunjin! — el nombrado volteó — Trae a Changbin.


— ¿Ah? ¿Enviarlo de regreso? — Seo, que se encontraba haciendo una reverencia hacia Minho, se enderezó ante el pedido.

— Sí. ¿A dónde fue?

— Después de lo sucedido, dijo que iba a tomar aire y se dirigió al patio. — sonrió de lado y se acercó con total confianza al trono.— De todos modos... — Apoyó su mano en el asiento de Minho y se acerco demasiado a su rostro. — Bastardo, ¿no entiendes la situación en la que estás? — le susurró. — No estás en posición de darme órdenes.

Lee ni se inmutó — Lo sé. — Changbin miraba arrogante, sintiendose, por primera vez, más poderoso que Minho. — Es por eso que te lo estoy pidiendo de esta forma. Quiero que lleves a Felix a casa, por favor Changbin. — Minho dijo esto sin cambios faciales, mas Seo se sorprendió y dio aviso de esto a su rostro. ¿El gran Lee Minho portandose sumiso y pidiéndole un favor? ¿Por qué clase de chiste le habían cambiado al gran Duque Lee? — Me trajiste de vuelta y me pusiste este brazalete... No hay forma de que escape con mis poderes de demonio sellados. Felix ya cumplió con su objetivo, ¿cierto?. Se feliz, Changbin, ganaste. — Seo curvó sus labios hacia abajo. ¿Este era Minho?

 𝖀𝖓𝖆 𝖋𝖑𝖔𝖗 𝖕𝖆𝖗𝖆 𝖚𝖓 𝖉𝖊𝖒𝖔𝖓𝖎𝖔 - ᴍɪɴʟɪx - [𝐀𝐝𝐚𝐩𝐭𝐚𝐜𝐢ó𝐧]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora