𝖀𝖓𝖆 𝖋𝖑𝖔𝖗 𝖕𝖆𝖗𝖆 𝖚𝖓 𝖉𝖊𝖒𝖔𝖓𝖎𝖔 - ᴍɪɴʟɪx - [𝐀𝐝𝐚𝐩𝐭𝐚𝐜𝐢ó𝐧]

33

¿De la misma clase?
¿O rivales?

Tuve un sueño donde Felix parecía que se desmayaría en cualquier momento, mientras yo hundía mis colmillos en su cuello y devoraba su sangre para la satisfacción de mi corazón.

Digo que es un sueño porque no puede ser, no hay forma de que algo como eso pudiera pasar.

— ¡Minho-nim! — la figura de Jisung lo recibió — ¡Finalmente despertaste! Oh has estado durmiendo todo el día — suspiró aliviado.

Oh, ya veo. Sí fue un sueño.

— Cuando recibí la autorización y vine al cuarto, los dos estaban desmayados. — Jisung se dio la vuelta para buscar una toalla húmeda — por un momento me preocupé por lo que podría haber pasado.

¡No! ¿Qué?

— ¿Dos?... — Minho llevó su mano a la boca y se relamió.

El sabor de la sangre.

— Sí, Lixie sufrió una terrible pérdida de sangre, ahora él está en otra habitación.

No puedo creerlo, eso...

Lee se sentó en la cama y quitó sus vendajes para ver las heridas, heridas que ya no estaban.

Eso... Entonces eso... ¿No fue un sueño?

Cubrió su boca en shook.

— ¿Cómo te sientes ahora? — Jisung le pasó la toalla para que se limpiara y notó su cara de preocupación. Volvió a voltear para ordenar su ropa. — Escuché que Lixie ya se ha recuperado completamente — dijo para tranquilizarlo — ¿Minho-nim? — mas no funcionó, él seguía perdido en sus pensamientos.

¿Qué hice? Estaba delirando por la fiebre

El recuerdo del cuerpo inmóvil de Felix cruzó por su mente.

¡¿Qué le hice a él?!

— ¡Minho! — Hyunjin entró a la habitación precipitadamente, llamando la atención de ambos — ¡Esto es terrible! Mi adorado Felix -ssi ¡ha caído preso de ese súper sádico y pervertido rey!

— ¿Estás diciendo que él es la pareja del rey? — dijo incredulo. — ¡¿QUÉ CLASE DE BROMA ES ESA?! — golpeó la mejilla de Hyunjin con el puño. — ¿QUIÉN TE CREES QUE ERES?

— Ouch, estoy tan feliz de que estés bien — acarició dónde Lee golpeó — Pero no es una broma. Él lo exigió como pedido por dejarlo darte de su sangre, y al parecer, Felix aceptó. Tomar a un muchacho humano como esposo es algo que nunca se ha oído, ¡los otros ancianos van a enloquecer!

¡¿Estás diciendo que fue por mi?!

La cara melancólica de Minho dejó a todos perplejos.
El pelinegro llevó sus manos a la cara y fregó.
¿Quería sacar su frustración o evitar las ganas de llorar? Ni siquiera él lo sabía.

— ¿Qué es lo que quieres, maldito viejo?

Lix... ¡Ese idiota!

[...]

— ¡Hola! — Chan golpeó la puerta de la habitación e ingresó. — ¿Ya estás listo, esposo mío?

— S-Sí — Felix se encontraba con un elegante traje negro y una tela fina sobre este con manchas blancas, una empleada ondulaba su cabello, mientras que otra acomodaba ese collar en forma de flor que no se quitaría por nada.