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Despertó en su cama y lo primero que vino a su mente fue — ¡Hoy es el cumpleaños de Lix!.

Salió corriendo a toda velocidad y entró al cuarto de Minho con la intención de despertarlo — ¡Minho, despierta! ¡Hoy es el cumpleaños de Lix! — mas al entrar, Jisung ya estaba acomodando el abrigo de invierno que le acababa de poner.

— ¿No te digo siempre que golpees antes de entrar?

— ¡Estás despierto! ¿A donde vas?

— Minho~ ¿Ya estás listo? — Hyunjin apareció por detrás de Felix.

— Oh, Hyun.

— Buenos días, Felix-ssi~— entró al cuarto, llegó a Minho y pasó su brazo por sus hombros. — Lo siento, pero tendré que robartelo por este día.— Minho empuió su brazo

Entró también — ¿A dónde van?

— A la ciudad.

— ¡Lix también va!

Hwang se puso a su altura. — Mira, Lix-ssi, hay veces en que los hombres necesitan tener una conversación adulta.

— ¡Lix también va!

-¿Estás escuchando?

— Felix, tienes deberes que hacer, ¿verdad? — Lee intervino.

— ¡Entonces iré cuando acabe mis deberes!

— Va a nevar.

— ¡Seguro estoy bien con la nieve ahora! Estuve bien cuando salí ayer.

— Ah, tienes razón, saliste ayer después de todo.

— ¡Sip! — parecía orgulloso de sí mismo.

— Sin decircelo a nadie, saliste tú solo. — sonrió con los ojos cerrados, pero no parecía una sonrisa sincera. — Me hiciste perder bastante tiempo~ — Felix  dejó de sonreír al captar la ironía en la voz de Minho. — ¡Como castigo, vas a ser obediente y vas a quedarte a estudiar en tu habitación! — Felix abrió la boca tanto como pudo y el aire se atoró en sus pulmones.

[...]

— Ah, tal vez fuiste muy duro con el joven.

— Tú estabas siendo muy paciente y él estaba muy persistente. Perderíamos tiempo.

— Bueno, es normal. Hoy es el primer día celebrando su cumpleaños. ¿No es natural que quiera estar contigo? — Minho se mantuvo mirando por fuera de la carroza sin responder. — Bueno, al menos ahora nos podemos tomar el tiempo para elegir su regalo.

[...]

Felix se recostó sobre su escritorio, totalmente desanimado.

— Lixie, presta atención a la clase. — Jisung trataba de enseñarle.

Es verdad, Minho sólo decidió la fecha de mi cumpleaños, nunca dijo que lo fuera a celebrar conmigo.

— ¿Felix ? — insistió.

— Okey okey — se enderezó y se puso en ello ― eras el único emocionado, qué tonto, Felix... — susurró para si mismo.

[...]

— ¿Qué pasa, hermana?

— Ese hombre — miró disimuladamente hacia afuera de la tienda. — lleva años mirando las flores. — el joven azabache miró también — parece que surgiera un aura maligna de él.

— ¿Qué pasa con esa cara? ¿Va a comprarlas o a ponerlas en una tumba?. — Sí, ambos hablaban de Minho, quien miraba serio las flores que estaban en venta.

 𝖀𝖓𝖆 𝖋𝖑𝖔𝖗 𝖕𝖆𝖗𝖆 𝖚𝖓 𝖉𝖊𝖒𝖔𝖓𝖎𝖔 - ᴍɪɴʟɪx - [𝐀𝐝𝐚𝐩𝐭𝐚𝐜𝐢ó𝐧]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora