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Felix ya no estaba.

— Changbin... Ese bastardo...

—¿Entonces, Felix-ssi está en el mundo de los demonios?

— ¡Oye! — Minho tiró de la cuerda que sujetaba a Jeongin, provocando que ésta apretara más y sacara un quejido de dolor por parte del Barón. — No me puedo librar de estas orejas a menos que vaya al mundo de los demonios, ¿no?

— S-Sí... — una sonrisa se asomó.

— No tengo más opción que ir...

[…..]

— Wow — Felix estaba impresionado. La vista que tenía del mundo de los demonios desde los cielos, era impresionante. Seo lo sostenía mientras volaba. A su vez, Felix sostenía al pequeño gato — Este es el mundo donde Minhonnie nació.

— Ahora que Minho venga... — sonrió de lado — empezará la fiesta. — Changbin estaba orgulloso de su ingenio.

— Ahora es de noche aquí, ¿verdad? — la oscuridad del cielo sólo era iluminada por unas pequeñas luces que parecían estrellas y luna. Felix no pudo evitar curiosear.

— ¿Eh? ¡Oh! Aquí ambos, noche y día, están rodeados de oscuridad, porque no existe el sol. O algo así.

— ¡Oh! Ya veo, por eso la luz del sol es demasiado para ustedes.

— Ustedes, humanos, viviendo plácidamente en un lugar tan luminoso. Son extraños. — Entre las nubes oscuras, la punta de lo que parecía un castillo, apareció.— Ah, mira, ese es su castillo.

— ¡¿La casa de MinMin?! — la emoción se sintió en su voz.






— ¿Eh? — Felix no entendió porqué de un momento a otro, Changbin lo encerró en una celda.

— jajaja parece que Minho viene hacia aquí. El señuelo cumplió su propósito — Felix se aferró a los barrotes y aún lo miraba extrañado. — ¿Puedo dejarte aquí como niño bueno hasta que la fiesta termine? — tomó al gato en brazos. — Lo tomaré prestado.

— ¡Changbin huyng, eres un mentiroso! Dijiste que estaba invitado a la fiesta de cumpleaños. — ahora pareció entender.

— ¿Lo hice? Perdón, lo olvidé completamente. — dijo en tono burlón mientras se alejaba. Felix puso cara de ofendido.

[...]

— ¡Minho-nim ha llegado! ¡Minho-nim ha llegado! — los demonios sirvientes colocaban en el suelo una alfombra roja. — ¡Asegúrense de no arruinar su buen humor! — Minho aterrizó. Al ver su cara de pocos amigos y con unas orejas de gato, pensaron que ya estaría de mal humor. Jisung, Hyunjin y Moon caminaban tras de él.

— Bienvenido, Minho-nim — Changbin lo sorprendió en su camino por el pasillo. — Bienvenido a la fiesta. Aquí tengo una muestra de mi afecto por haber recorrido todo el camino, ¿no lo aceptarás? — Seo lanzó unos brazaletes. Uno fue a dar a su muñeca, el otro, a la de Hyunjin.

— ¿Eh? ¿Yo también?

— ¿Un brazalete que cella los poderes de demonio? Qué mal gusto...

— Los gatos mal portados deben ser atados. — bromeó con más confianza — Y la llave de los brazaletes está en este gato — sostuvo al Señor gato, mostrando como un collar en su cuello contenía la llave. Soltó al animal que se echó a correr. La sonrisa que traía en la cara, no la borrarian ni tres baños en ácido. —Anda~ debes cambiarte para la fiesta.

— Bastardo...— Lee estaba furioso, pero nada podía hacer hasta acegurarse. ¿De qué? Pues... — Felix está a salvo, ¿cierto?

— Por supuesto, si es que haces lo que te digo. — estiró su mano hacia adelante, señalando el camino a Felix. — Nos vemos luego~

 𝖀𝖓𝖆 𝖋𝖑𝖔𝖗 𝖕𝖆𝖗𝖆 𝖚𝖓 𝖉𝖊𝖒𝖔𝖓𝖎𝖔 - ᴍɪɴʟɪx - [𝐀𝐝𝐚𝐩𝐭𝐚𝐜𝐢ó𝐧]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora