-Algo cardíaca la carrera, pero me ha gustado. -dijo Saori a Akemi, ambas chicas ya se encontraban en la fiesta.
-Solo quiero decir que admiro la forma de correr de el chico Kakucho, nunca lo había visto correr. -dijo Akemi para su amiga morena.
-Es por qué es nuevo, todo lo que sabe es gracias a Izana, su mejor amigo.
De pronto, los chicos de la carrera habían llegado a la fiesta, todos en multitud.
Akemi y Saori dirigieron su mirada hacia la entrada principal, topandose con los organizadores principales, los hermanos Haitani, y detrás de ellos, todos los demás.
Los Haitani venían con una camisa de vestir negra, algo típico de ellos todos sus outfits son de color negro.
-Ya vuelvo, iré por un refresco. -mencionó Akemi a su amiga y se fue inmediatamente hacia la mesa, tratando de pasar por cada persona que estaba en la fiesta, cada vez se estaba llenando más y más al punto de ya no poder pasar entre el lugar.
Llegó e inmediatamente tomo su refresco pero se detuvo por unos minutos ahí.
-Puta madre, hay demasiada gente aquí, mejor me hubiera ido a casa. -mencionó para ella misma con su refresco en la mano, creyendo que nadie la escuchaba.
-¿Por qué prefieres estar en tu casa que aquí?
Akemi se sobresalto debido a que creía que nadie la había escuchado, dirigió su mirada hacia el lado izquierdo y vio a un chico pelinegro, que se le hacía conocido. Llevaba camisa roja de vestir un poco entreabierto y su cabello corto que cubría un poco su cara.
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-No es como que yo sea de muchas fiestas. -se encogió de hombros. -A todo esto, ¿Llevas desde hace buen rato siguiéndome? -preguntó confundida cerca de él debido a la música que estaba siendo fuerte cada vez, aún con su refresco en mano.
-Claro que no. -el chico sacó una lata de cerveza de la nevera. -¿Qué te hace sentir eso? -dijo haciéndose el inocente.
-No te hagas el santo, si hace rato estabas gritoneandome de cosas. -Akemi rodo sus ojos.
-Ohhh, ¿eres la chica del taxi? -rió burlonamente.
-No le veo gracia a esto, que sentido tiene que le digas fea a una chica que ni siquiera conoces.
El chico volvió a reír.
-Tranquila, me imaginé que te volvería a encontrar, entonces eso fue mi excusa para que pudieras dirigirme la palabra. -sonrió.
Akemi se quedó seria sin ningúna expresión, solo mirando como el chico pelinegro preparaba su lata de cerveza en un vaso más grande.
-Soy Manjiro Sano, la mayoría me conoce como Mikey. -volvió a sonreír y le extendió su mano.
Akemi dudo un poco de si seguirle la conversación y en responderle su saludo debido a la situación de hace unas horas, pero venia a pasarla bien, así que no le quedó de más.
