Mí Mujer (Vos y Enzo Fernández 💕)

Londres

/Male/
Es viernes, son las 20:45pm y el avión está aterrizando en Londres.
Otamendi me compró un pasaje para que venga a parar a la pelotuda pata sucia pelo duro de Lana y se lo re agradezco.
Enzo no sabe nada, ni del plan de la uruguaya maldita, ni que estoy llegando a dónde está el.

Bajé del avión y me recibió un tipo cualquiera vestido de negro, la verdad alto miedo el señor ese. Me llevó hasta un auto y adentro de este auto estaba nuestro querido Nicolás.

-Malena, el plan Manzo o Enlena se pone en marcha.
-¿El plan que?
-Estuve toda la noche tratando de crear el ship perfecto para ustedes pero te juro que queran rarísimos.
No pude evitar reírme.
-Manzo- me tenté, era horrible.
-Bueno chee. Encima que te hago de espía y te pago un vuelo a Londres te burlas de mí.
-La plata te la devuelvo Nico.
-Ni ahí, yo lo hago nomás porque amo la pareja que hacen.

Me llevó a un hotel en el que había conseguido reservación de manera tan apurada, la cosa es a quien nos encontramos en ese hotel cuando llegamos...
La puerta del ascensor se abrió, Nico tenía mí valija y yo mí mochila, teníamos que ir al piso 8, sorpresita cuando vimos quién está a arriba del ascensor.
-¿Nico? ¿MALE?- gritó.
-Juli- sonreí nerviosa.
-¿Que haces acá? Enzo me dijo ayer que estaban en Argentina.
Miré a Nico, parecía estar pensando lo mismo que yo.
-No- dice Julián.
-¿No que?- pregunta Ota.
-No me digan que- nos señaló frenéticamente con cara rara a Nico y a mí -¿CAGAS A ENZO CON OTAMENDI?- gritó aterrorizado.
-¿QUE?- grité.
-NO- gritó el mayor.
-Ay me había asustado- pareció calmarse -¿Entonces por qué se miraban así?

Subimos a mí habitación y mientras yo acomodaba todo Nico lo actualizaba a Juli de todo el chisme.
-¿Osea que hay que matar a la provinciana?
-No- dijo Nico.
-Si- dije yo.
-Bueno, si, y a Schmidt igual- agregó.
-Okey, entendí- sonrió Juli -Le voy a avisar a Enzo que- lo interrumpí.
-NO. Enzo no sabe ni que estoy acá ni que Lana se lo va a chapar.
Cada vez que pienso en la pelotuda esa besando a MI novio me dan ganas de vomitar.
-Ahhh ¿Pero vas a dejar que le den un beso a tu novio?
Puse cara de asco.
-Creo que sí.
-Que tarada- Juli se encogió de hombros.
-Heey.

Cuando Julián se fue yo pedí servicio a la habitación con ayuda de Nico porque no sabía cómo se hacía eso y cuando llegó la comida el igual se fue.
Me senté en la cama con la bandeja de carne asada y papas fritas al costado. Me serví un vaso de pepsi y me lo tomé de una. Sentí el gas hacerme cosquillas en la garganta.
Empecé a comer sin dejar de pensar en Enzo.
<¿Y si le corresponde el beso? ¿Y si le gusta el beso? ¿Y si me deja?>
Inseguridades que no sabía que tenía me empezaron a invadir fuertemente.
Suspiré y cuando terminé de comer me tiré en la cama.
Mí celular sonó y lo miré.

Amor mío

Morochaaa creo que allá
es re tarde, o bueno, no sé
no tengo idea de la
diferencia horaria de
Londres a Argentina :((

Perdón si es tarde, te amo
muchísimo mí amor.
22:10

No pasa nada, te amo
mas mí gordito lindo.
22:11

<Tenemos la misma hora porque estamos en el mismo lugar MUAJAJAJAJAJA>

Terminé quedándome dormida bastante temprano, el partido es mañana a las 15:00, me voy a tener que tomar un taxi, Nico me consiguió la entrada y un pase vip a la cancha después del partido.

Me desperté con la espalda adolorida, el largo viaje y la mala posición en la que dormí se combinaron para dejarme un nudo en la cintura.
Eran ya las 11am, dormí demasiado.
Bajé al restaurante del hotel para desayunar, tenía un mensaje de Nico cuando me desperté diciendo que ellos ya se iban a ir a entrenar y uno de Enzo diciendo buenos días.
No le respondí a ninguno porque necesitaba estar concentrada en mí y en el plan.
14:30 estaba sentándome en la tribuna, mí pantalón largo negro me daba calorcito en las piernas, mí camiseta obvio era la de Enzo, aquella camiseta que me regaló en pleno mundial cuando todavía nos llevábamos mal. Tenía arriba una campera porque acá en Londres hace frío, a mí lado estaba Juli, también abrigado y con su propia camiseta, tenía la del city aunque nada que ver con el partido de hoy.
Cuando el partido empezó me gustó volver a vivir la adrenalina de ver un partido en vivo.
No era de la selección pero estaba jugando mí novio así que igual me emocionaba mucho.
Un rato después Nicolás ya tenía amarilla y a Enzo lo habían amenazado con amonestarlo, el reaccionó como siempre, sonriendole al árbitro y haciéndole montoncito con la mano.
<Amo a este hombre>
Iban empatados 1-1 cuando el primer tiempo terminó, en el descanso pude ver a Enzo hablando con Lana y poco más me hervía la sangre. Ella parecía querer abrazarlo y el no la dejaba siquiera tocarlo. <Ese es mí hombre> suspiré y miré a Juli.

-¿Viste como la aleja?- me preguntó el.
-Si, me deja de tranquila saber que el reacciona así.
-Enzo te ama mucho Male, la pasa re mal estando lejos de vos.
Y me dejó pensando el hijo de puta.
Mitad del segundo tiempo y adivinen quien metió un gol. ¿Ya dijeron sus apuestas? Espero que hayan acertado, Enzo Jeremías Fernández había hecho un gol, y ¿Saben lo que está haciendo? Una letra M con sus manos para después darle un beso al escudo de su camiseta mientras sus compañeros lo abrazaban.
Supe que la fase 1 del plan empezó cuando Ota señaló donde estaba yo y Enzo me vio entre toda la gente.
Yo saltaba sacudiendo mí mano que estaba cubierta en un guante de lana para protegerme del frío.
Su sonrisa creció muchísimo y noté como también me saludaba y tiraba besos.
El partido terminó 2-1, ganaron gracias al gol de Enzo.
Bajé con Juli para entrar en la cancha, los nervios se me notan hasta en china.

-Tranquila Male, Enzo no le va a corresponder mí en pedo.
Suspiré y le sonreí.
-Gracias por el apoyo Ju.
Entramos en la cancha y la primera en persona en notar mí presencia fue Lana, tal y como lo planeamos Nico y yo. En el momento que me vio corrió hacia Enzo para colar sus manos en el cuellos de el casi quedando colgada. Enzo quedó duro y frunció el ceño, ella acercó sus caras y le plantó un beso enfrente mío.
Creí que estaba preparada para ver eso, pero claramente no, no sentí mí corazón romperse solo porque vi a Enzo empujarla con todas sus fuerzas, lo que sentí fueron unas ganas increíbles de romperle la cara.