Incondicional

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/Enzo/

La ví entrar por la puerta de arribos con sus valijas y sonreí.

Ella me buscaba con su mirada, hasta que encontró un cartel que decía "Morocha y chinchu" ahí sonrió y sus ojos conectaron con los mío.

Se mantiene tan hermosa como siempre, su pancita un poco crecida y redonda me encanta, ella me encanta, y saber que voy a tener un hijo con ella me vuelve loco.

Llegó hasta mi y la atrapé entre mis brazos.

-Bienvenidos a Roma.
-Gracias Enzito.

Agarré ambas valijas yo para que ella ya no cargue el peso y me dirigí al taxi que nos esperaba.

-¿Cómo estuvo el vuelo?
-Bien, miré unos capítulos de una serie.
-Me alegro- le sonreí.

Al instante me di cuenta de algo y dejé de sonreír.

-¿Que pasó?
-No me diste un beso- hice puchero.

Ella se rió y me besó en los labios con una sonrisa.

-Ahora si.

Alquilé un departamento para estos días y para que ella se quede acá en lo que consigo nueva casa en Manchester.

Se vienen cosas grandes, como el chinchulin que crece adentro de Male, necesitamos una casa más grande para eso. Además estoy pensando en adoptar un perro, o tal vez un gato. Male seguro me dice que si.

-Morochita bella- dije cuando llegamos al departamento.
-¿Que cagada te mandaste ahora?- me pregunta riéndose.
-No hice nada- me defiendo.
-Está bien ¿Que pasa gordo?

Me acerqué y la abracé. Ella apoyó su mentón en mi pecho para mirarme desde abajo.

-Quiero un perrito. O un gatito, lo que más te guste a vos.

Ella sonrió.

-¿Dos hijos al mismo tiempo?
-Lei en un libro de maternidad primeriza que los perros son buena compañía durante el embarazo y también para el bebé desde chiquito- dije sonriendole.
-¿Leíste un libro de maternidad primeriza?- se rió.
-Lei más de uno, siento que leyendo eso te entiendo un poquito más, además me enseñan cosas que podrían servir en un futuro cercano.

Ella hundió su cara en mi pecho y me abrazó fuerte.

-Me volves cada día más loca- dijo separandose.

Se puso de puntitas y yo esperé un beso, pero no, me mordió el cachete.

-Auch- me quejé.
-Quiero un perrito de esos que no son de raza. Todo negro- sonrió.
-¿Cómo le querés poner?- mis manos acariciaron su espalda baja.
-Mmm no sé, capaz dulce de leche.

No pude evitar reírme.

-¿Dulce de leche?
-Es muy largo ¿No? El pobre se va a confundir.
-Podria ser algo con más significado.

Ella parecía pensar como si el nombre de un futuro perro fuera lo más importante del universo.

-Chino- dijo sonriendo.
-¿Chino?
-Si, un perrito llamado chino.

Me reí, tal vez no era un gran nombre, pero su sonrisa no me permitía decirle que no.

-Me encanta- sonreí.

Ella dió unos saltitos en su lugar y me abrazó.

-Consegui medialunas y dulce de leche, para ustedes dos.
-Te amamos- me dió un beso.
-Yo los amo más.

/Male/

Estamos acostados ya por dormir, mañana es el partido y Enzo tiene que irse temprano. Yo no puedo dormir tengo muchas ganas de comer algo en específico pero no sé que es.

De repente mi boca empieza a sentir un sabor y mi panza deja escuchar un ruido.

Ya se lo que quiero.

Aceitunas con helado de vainilla.

Me muevo en la cama intentando ignorar el antojo y dormir porque Enzo ya está dormido y mañana debe levantarse temprano.

Después de dar un par de vueltas decido levantarme a ver si tiene alguna de esas cosas en su heladera.

Voy a paso ligero hasta la cosina y abro la heladera. Huevo, mermelada, el dulce de leche de hoy, queso. Nada de aceitunas. Abrí el freezer. Nada de helado.

Suspiro y vuelvo a la pieza intentando no hacer ruido. Pero el ruido lo hago al asustarme porque Enzo está sentado en la cama.

-¿Que pasó? ¿Están bien? ¿Necesitas algo?- me atacó a preguntas.
-Tengo un antojo pero no hay de lo que quiero en la heladera.
-Decime que querés y lo voy a comprar.
-No amor, tenés que dormir para mañana- dije sentandome en la cama.

El se rió y empezó a acariciar mi espalda.

-Amor, para mí vos y el chinchulin son más importantes que dormir para el partido de mañana- me sonríe -asi que decime que querés, así voy a comprarlo y después lo comen y nos vamos a dormir ¿Si?
-Está bien- le sonreí también -ehh queremos aceitunas con helado de vainilla.

El frunció el ceño.

-Tu primer antojo raro.

Me reí y le di un beso antes de que el se levante para ir a comprar.

El amor incondicional de Enzo es lo que me mantiene viva.

Lo amo tanto que si tuviera que dar mi vida por el lo haría sin siquiera dudarlo.

No tenía sueño así que decidí entrar a bañarme.

Abrí el ropero y agarré una camiseta del city, la de Enzo obvio.

Fui con la ropa al baño y abrí el agua fría. Últimamente hiciera cualquier temperatura me gustaba bañarme con agua fría, razón por la que Enzo no se bañaba conmigo seguido. Dice que le congela los huevos y sufre.

Me bañé y antes de salir escuché la puerta.

-¿Llegaste amor?- hablé fuerte para que escuche.

No obtuve respuesta.

-¿Amor?- dije mas fuerte.

Silencio fue lo único que recibí.

<¿Que carajo?>

Escuché otro ruido, como si alguien buscara en los cajones de la cocina.

Tomé aire y me puse la remera para salir. Pero antes agarré el secador de piso para usarlo de arma. Puse una mano en mi panza.

-Yo te protejo mi chiqui- susurré.

Abrí la puerta del baño y escuché un tarareo.

<¿Que clase de ladrón tararea para la selección de la t y la m mientras roba?>

Al estar descalza mis pasos no hicieron ruido. Fui hasta la cocina con el secador en la mano y entré mientras gritaba.

-QUEDATE QUIETO.

El hombre se quedó quieto, lo miré y rápidamente reconocí la espalda y el pelo de Enzo, con auriculares.

Me acerqué y le saqué dicho aparato de las orejas.

-Sos un pelotudo Fernández- le reclamé.
-Me asustaste tonta.
-Vos me asustaste a mí.

Miró lo que llevaba en la mano.

-¿Si era un chorro me ibas a pegar con eso?- se rió.

Rodé los ojos.

-Dame mis aceitunas y mi helado y ya.

El me dió un beso en el cachete y me dió las cosas.

Sonreí, no podría enojarme con el.

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Chinchulin le dice :'') más lindo.

Mí Mujer (Vos y Enzo Fernández 💕)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora