Capítulo 8

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-¡Es adorable, Harry!- Hermione arrulló al bebé en brazos de su amigo.

-Gracias, Mione-. Harry sonrió, acunando a Sebastian, de dos semanas, en un brazo y sosteniendo un biberón de leche en el otro. -Por cierto, Ron y tú son sus padrinos, si les parece bien-.

Hermione chilló feliz y se acercó a abrazar a un sonriente Ronald, ya que realmente no podía saltar sobre Harry mientras sostenía a Seb.

-Por supuesto, nos sentimos honrados de ser padrinos, Harry. Seré el mejor padrino de todos. Sebastian será un fanático de los Chudley Cannons, te lo aseguro-, proclamó Ron.

-Chicos-, su novia puso los ojos en blanco, -Siempre sobre el quidditch-. Ambos chicos la miraron afrentados,

-¡Eh, ahora soy un hombre!- (Ron)

-¡No siempre hablo de quidditch!- (Harry)

-Muy maduro, Ron. Y tú sí hablas mucho de quidditch, Harry-. Hermione reveló -En fin, ¿cómo es la paternidad?-.

Harry movió a un adormilado Seb entre sus brazos, colocó su cabecita sobre sus hombros y lo hizo eructar. Ugh, vómito de bebé, Harry hizo una mueca. -¡Me encanta! Bueno, aparte de los vómitos y las noches sin dormir, es perfecto-.

-Me alegra oír eso, amigo. Probablemente me volvería loco si estuviera en tu lugar-. Ron frunció el ceño ante la idea de dormir menos.

-Yo también pensé que me volvería loco. Sólo espera a tener tu propio hijo, los problemas definitivamente valen la pena. Toma, coge a tu ahijado-. Harry transfirió suavemente al bebé dormido a los brazos de Ron. Ron empezó a arrullar la pequeña figura de Sebastian.

Aunque Harry no había dormido bien en dos semanas, el nuevo padre no lo cambiaría por nada del mundo. Cada vez que su hijo lo miraba con sus ojos verdeazulados, Harry pensaba que le habían regalado el mundo. No podía esperar a que el pequeño Sebbie pudiera sonreír de verdad. Eso seguramente convertiría a Harry en masilla.

Al otro lado de la habitación, Ron gritó mientras mecía a su ahijado -Oye, amigo, ¿crees que Seb se convertiría en buscador?-.

❄❄❄❄❄❄

El pequeño Sebastian era el ángel precioso del pueblo. Harry tuvo que establecer un horario para que no hubiera peleas sobre a quién le tocaba hacer de canguro mientras Harry trabajaba. Cuando Seb cumplió 6 meses, Harry decidió que volvería a trabajar. La propietaria, la señora Watkins, quería jubilarse y vender el local a Harry. Harry aceptó, pues le encantaba trabajar en la botica. Sus vecinos se ofrecieron inmediatamente a cuidar de Sebastian durante el día. Los dos más insistentes fueron el matrimonio Russo y la familia Tan.

Al principio, Harry sintió que era un mal padre por dejar a su hijo de menos de un año al cuidado de otras personas, pero Linda consiguió disuadirle.

'Eres un buen padre, Henry. Date un poco de crédito. Sebbie tiene mucha suerte de tenerte como padre. No lo dejas a su suerte mientras trabajas. Estará bien'. Aseguró Linda reconfortantemente.

'Siempre puedo negar la oferta, Linda. Seb me necesita más'. insistió Harry.

'Seb tiene a mucha gente dispuesta a cuidarlo mientras tú trabajas. Sé que te encanta trabajar en la botica. Incluso podrías llevártelo a la tienda. Sólo asegúrate de guardar su corralito'.

Así que Harry ahora era dueño de la única botica del pueblo. Trabajaba de 8 de la mañana a 5 de la tarde mientras Seb era atendido por gente de su confianza. A veces llevaba al pequeño a su tienda y le dejaba jugar mientras trabajaba. Sebastián era un bebé tranquilo y bien educado. Sólo lloraba cuando había que cambiarle el pañal y cuando tenía hambre. Aparte de eso, es un bebé muy feliz.

FALLING INTO PLACE Donde viven las historias. Descúbrelo ahora