Capítulo 13

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-Harry está aquí-, anunció Harry, de pie junto al vestíbulo, con una bolsa de papel en los brazos, que parecía a la vez temeroso y curioso al ver a Severus acunando a su hijo y a sus amigos sentados tranquilamente con él en el salón.

Se suponía que tenía que llegar a casa por floo, pero había decidido en el último momento ir a un supermercado muggle y comprar las galletas que le encantaban a Sebastian. Apareció directamente en el jardín, sin avisar a los que estaban dentro de la casa.

Tres miradas se dirigieron hacia Harry, dos parecían culpables y la otra aliviada.

-Ron, Hermione... No sabía que venían-, habló Harry, dejando la compra sobre la mesa.

Ron se frotó tímidamente la nuca con la mano -Sí, se suponía que era una sorpresa-.

-Harry, ¿por qué no nos dijiste que ibas a hacer el encantamiento?-. le regañó Hermione. -¡Llevo diciéndote que lo hagas desde el cumpleaños de Seb!-.

Harry le puso los ojos en blanco juguetonamente. Dáselo a Hermione por estar enfadada no por quién era el padre de Sebastian, sino porque Harry decidió no hacer el encantamiento de la línea de sangre en su presencia.

-No es como si hubiera planeado hacerlo-. Murmuró en voz baja.

-Amigo, tenemos que hablar-, Ron miró a Severus, -a solas-.

Harry asintió e indicó a sus dos amigos que se dirigieran primero a la cocina. Se acercó a Severus, que evitaba sus ojos. El hombre sostenía rígida pero delicadamente la cabeza de Sebastian contra su pecho mientras el niño dormía.

Harry se inclinó para besar la sien de su hijo y notó las mejillas manchadas de lágrimas. El padre miró inquisitivamente a Severus, preocupado por el motivo por el que su pequeño había llorado.

-Weasley lo asustó con los gritos-, se mofó Severus. Harry suspiró. Parecía que necesitaba una buena charla con Ron sobre su mal genio con Sebastian.

La cara de Harry quedó a escasos centímetros de la de Severus -Siento lo de hoy, Sev. Hablaré con ellos. Gracias por calmar a Sebastian. No está acostumbrado a las peleas-. Se inclinó más cerca y le dio a Severus un suave beso en los labios y en la mejilla. -Puedes quedarte aquí o llevarlo a su habitación por si se despierta-.

Severus asintió, aplacado por los besos de Harry, y se levantó suavemente con el niño en brazos. Severus se inclinó para besar a Harry una vez más antes de entrar en la habitación de Sebastian.

Harry se quedó mirándolos unos segundos antes de dirigirse a la cocina. Encontró a sus dos amigos sentados en los taburetes de la barra, sorbiendo té.

-Hola chicos- murmuró Harry, acercándose a sentarse junto a Hermione. -Siento no haberles contado lo de Severus-.

-Claro que sí-, refunfuñó Ron. -Se supone que somos tus mejores amigos y no confías en nosotros lo suficiente como para decirnos que nuestro ahijado ahora tenía dos padres. Precisamente tenía que ser Snape. Y ya lo estás llamando por su nombre de pila!-.

-¡Ron!-, regañó Hermione, -ya basta. Harry debe tener sus razones... Entonces, Harry, ¿por qué no nos lo has dicho?-.

-Supongo que tenía miedo. Quiero decir, Ron tiene razón. Es Snape. No estaba seguro de cómo reaccionarían. Y sólo han pasado dos semanas desde que nos enteramos. Y por supuesto que lo llamaría por su nombre. Es el padre de Sebastian-. razonó Harry, jugueteando con la taza de té que Hermione le preparo.

-Harry, aunque admito que es sorprendente que el profesor Snape haya resultado ser el padre de Sebastian, no podemos impedirte que tomes tus propias decisiones. Al principio, dudé cuando lo admitió pero puedo ver lo mucho que se preocupaba por Seb aunque sólo lo haya visto menos de dos horas con él-. confesó Hermione.

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