B.R.O.N.X «j.b» Terminada «corrigiendo»

45. Lost souls

''Él te necesita.''

Brooklyn Reed

Me llevé las mis rodillas hasta mi pecho en mi cama. Empecé meciéndome hacia adelante y hacia atrás, probablemente viéndome como esos locos de las películas que usan camisas de fuerza y se alojan en habitaciones acolchadas en asilos. Sin embargo, como que entendí por qué se sentían más calmados haciéndolo. Es como estar en movimiento en vez de quedarse quieto haciendo que tus pensamientos estén en movimiento también, por lo que no se quedan atrapados reviviendo el momento en el que llamaste a tu novio monstruo.

Juro que habría vendido mi alma si eso fuera a significar que podía volver al tiempo atrás y borrar esas palabras, impidiéndolas salir de mis labios. Porque tan pronto como las había dicho sabía que la había jodido. A lo grande. ¿Y la mejor parte? Ni siquiera creo que fueran ciertas. Yo no creía lo que había dicho. Y había lastimado Justin -se necesita mucho para conseguir hacer daño a Justin- y eso me dolió más que ser herida yo misma, si eso tiene sentido.

Además de eso, tenía las palabras de Jeremy y Pattie intermitentes a través de mi mente confusa. Después de haber logrado detener las lágrimas y haberme limpiado la cara manchada con un pañuelo de papel, me aparté de la alambrada donde Justin me había dejado, y me dirigí a su familia. Había desaparecido, no lo veía por ningún lado. Me pregunté si él también estaba llorando, e inmediatamente borré la imagen de mi cerebro , porque la única vez que lo había visto derramar una lágrima -el día que Jeremy regresó hace alrededor de un mes- se me había roto el corazón.

Estaba temblando por el nerviosismo cuando me acerqué a Jeremy. ¿Se dio cuenta que algo andaba mal?¿Sabe ya que Justin y yo no estábamos exactamente bien? Eso había creado aún más preguntas. ¿Estábamos todavía juntos?¿Su última frase significaba que estaba rompiendo conmigo? Recé a Dios que no.

—Brooklyn , ¿cómo estás?— Jeremy me había saludado con entusiasmo con un abrazo de lado. Bueno, por lo menos no sospechaba que algo andaba mal.

Habíamos tenido una pequeña conversación junto con Jazmyn -que de hecho había escudriñado mi cara como sintiendo el esfuerzo que estaba ejerciendo detrás de mi sonrisa. —¿Dónde está mi hermano?— Ella me preguntó, y la actitud protectora de su voz me hizo sentir horrible. Bueno, aún más horrible. Significaba que ella lo sabía. ¿Justin le dijo? Por alguna razón, yo dudé de eso. Pero Jazmyn era lo suficientemente inteligente como para entenderlo por sí misma.

Cuando sentí la presión de que me iba a derrumbar de nuevo, dije rápidamente una excusa para irme. —Bueno, tengo que volver con mi familia, pero quería despedirme en caso de que no te vea otra vez antes de que te fueras. Justin me dijo que ibas a Afganistán el martes.— Me dijo, sin intentar hacer una mueca cuando pronuncié su nombre, pero la tristeza estaba teñida en mis palabras de todos modos. Ojalá Jeremy pudiera quedarse para que él y su familia no tuvieran que pasar por la incertidumbre de no saber lo que les pasará mañana a ellos de nuevo.

Jeremy me abrazó -como un padre lo haría-, hizo que mi ojos ardieran porque en tan poco tiempo me había aceptado como si fuera de la familia. Antes de liberarme, me agarró el brazo, y dijo esas palabras que ahora estaban grabadas en las esquinas profundas de mi mente, atrapándome. —No sé lo que estás haciendo con mi hijo, pero sea lo que sea, sigue así. Nunca lo había visto tan feliz en mi vida, y te debo por eso, Brooklyn . Lo has cambiado para mejor.

Si él supiera que yo era la razón por la que ya no estaba feliz...

Una lágrima se deslizó por mi mejilla, y la aparté con una palmada. Tenía que dejar de lamentarme como un bebé y ponerme las pilas. Cambié de posición en la cama y me tumbé en el colchón, mirando hacia el techo. Esto no era sólo culpa mía. Si Justin no hubiera hecho lo que le hizo a Michael, no estaríamos en esta situación en estos momentos. Yo había sido una perra con él, pero no es como si pudiera darle la espalda a mi hermano Ryan -de carne y hueso, como decía- y volver a Justin como si todo estuviera amañando color de rosa. No lo era, y en este momento parecía como si nunca lo fuera a estar. Un sollozo salió a través de mi pecho, haciendo que mis hombros se movieran.