32. High

21.5K 645 119
                                    

''¿Pensabas que no te pillaria, Brooklyn?''


Brooklyn Reed

Aceleré el coche en un movimiento furioso. A medida que el motor rugía a la vida, me sequé las lágrimas frescas que nublaban mi visión, cayendo libremente por mis mejillas color rosa. Respirando hondo para calmarme conducí por las calles de nueva york. Decidiendo que era suficiente llanto y que la situación no se lo merecía, sollocé por última vez. No puedo creer que haya abandonado a mis padres. prefería no pensar en las consecuencias de mis acciones. Estar bajo tierra durante toda mi vida parecía lo que menos me preocupaba en estos momentos. estaba completamente arruinada una vez que regrese a casa. Porque el tiempo tendría que volver.

Y temía el momento.

Sin embargo, había algo que todavía me molestaba. Mis padres dijeron que me habían descubierto por Ryan, pero, ¿cómo demonios iba a saber él? Calculando que tendría que llamarlo para averiguarlo, aproveché una luz roja para deslizar el teléfono de mi bolsillo y marcar su número. Intercambié con la función de manos libres, descansé el dispositivo en el salpicadero y esperé a que mi hermano respondiera.

—Vamos.— Golpeaba impaciente mis dedos sobre el volante. Cuando finalmente respondió, su voz sonaba confundida.

—¿Sis?

—No me llames 'sis', Ryan.— Escupí, pisando el pie en el pedal de nuevo cuando el semáforo se puso en verde. —¿Cómo diablos te enteraste?

—¿Qué estás hablando, Brooklyn?— Si no lo hubiera sabido, me habría creído que era realmente ajeno a lo que estaba pasando.

—No te hagas el tonto conmigo. ¿Quién te dijo que me salté la escuela hoy y por qué le has dicho a mamá y papá?— Casi grité. A pesar de que estaba respirando profundamente para mantener la calma, la estupidez de Ryan no estaba ayudando y tenía miedo de atropellar a alguien mientras conducia.

—Debo ser el que te pregunte que por qué demonios faltaste, ¿sabes?— Su voz se volvió más oscura.

—Por eso no tienes que preocuparte. Es mi vida.— Repliqué, perdiendo la paciencia de nuevo. Hablaba como si nunca hubiera faltado a clase. Hipócrita.

Al detenerme en otra luz roja, mi pie golpeó rítmicamente el piso alfombrado del coche. Ryan resopló con fuerza en el otro extremo. —Sucede que me preocupa cuando sé la razón por la que lo hiciste.

—¿En serio? Ilumíname entonces.— Me burlé, a pesar de que no podía verme.

—Hmm, déjame pensar, ¿tal vez un chico llamado Bieber?— Comentó.

—Aquí vamos de nuevo.— Suspiré irritada por su odio inexplicable hacia Justin, mis dientes se apretaron.

—¿Pensabas que no te pillaria, Brooklyn? Sé que vosotros dos están saliendo.— Su tono se volvió loca por un segundo.

—No me digas. ¿Y quién te dijo?— Emití un suspiro de alivio cuando vi las familiares calles del Bronx.

—Eso no importa.— Murmuró.

—Oh, pero es que a mi me importa y me lodirás ahora.— Mi voz se hizo más alta.

—Está bien, ¿quieres saber?— Desafió.

—Duh.

—¡Natasha me dijo!¿Estás feliz?— Espetó después de derramar la noticia.

¿Por qué no me sorprende? Lo debí haber adivinado desde el principio.

B.R.O.N.X «j.b» Terminada «corrigiendo»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora