44. Torn

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''Los chicos de mi lado de la ciudad no reciben finales de cuento de hadas.''


Justin Bieber

Bien, mierda.

—¡Brooklyn, espera!— La llamé cuando pasó junto a nosotros, con la puerta como objetivo.

Pude ver las lágrimas bajando por su rostro, y saber que era mi culpa, me hizo sentir tan culpable como siempre. Yo nunca había estado orgulloso de aquella noche, pero me las había arreglado para mantener de alguna manera el recuerdo escondido en un rincón de mi mente hasta que Ryan regresó. Y ahora se había jodido todo. Ahora mi novia pensaba que yo era un maldito monstruo.

Brooklyn no me hizo caso y siguió andando. Podía oír su respiración irregular, y sólo recordar la expresión de su cara cuando Ryan había terminado de contar la historia me dieron ganas de vomitar. Ella me miró como si estuviera aterrorizada. De mí. Y yo no podía aceptar eso.

—La cagaste.— Le dije a Ryan, quien, para mi sorpresa, no estaba sonriendo triunfalmente. —No creo que esto haga las cosas más fáciles para ella. ¿Era realmente necesario que le dijeras?¿De esa manera?¡Ella está jodidamente afectada!— Exclamé, tirando de mi pelo, que ya estaba en mal estado lo suficiente como para hacerme ver como un loco.

—Ella lo merecía saber.— Ryan respondió, pero él no parecía muy convencido. —Hubieras tenido que decirle, tarde o temprano.

—¡No, yo no hubiera tenido que hacerlo!— Negué con la cabeza violentamente. —Era mejor estar como antes.

—Sólo dices eso porque no quieres perder-la.— Ryan se burló. —Ahora, a lo mejor ella querrá que la dejes en paz. Eso es lo que espero.

La sola idea hizo que me dieran ganas de darle un puñetazo. De hecho, había estado esperando para darle un puñetazo desde hace ya un tiempo. —¡Por supuesto que no quiero perder-la, la amo jodidamente!

Ryan trató de permanecer impasible, pero sus ojos lo traicionaron. Tal vez se estaba arrepintiendo de tener que abrir la boca porque sabía cuánto dolor le había causado a Brooklyn. O tal vez no esperaba que yo le gritara que la amaba en la cara.

—Tengo que hablar con ella.— Dije a nadie en particular, y Ryan no trató de detenerme al salir.

Salí al pasillo por el que habíamos venido de antes, y corrí. Dado que Brooke llevaba tacones no había llegado demasiado lejos. Sin embargo, podía escuchar sus sollozos y ver sus manos temblando desde la distancia. Mi corazón se encogió. Yo no quiero que me odie como Ryan había dicho que haría, pero yo sabía que las probabilidades no estaban a mi favor esta vez.

—¡Brooke, espera!— La llamé de nuevo, y se dio la vuelta. Su maquillaje estaba manchando con dos finas rallas sus mejillas, pero ella todavía se veía hermosa. Sin embargo, verla llorando -y saber que era yo la razón de eso- hizo que mi corazón se rompiera.

Ella abrió la boca, pero no salió ninguna palabra. Finalmente la alcancé y traté de cogerla de la mano, pero ella se estremeció. —Sólo escúchame, por favor.— Le supliqué.

Sus ojos se encontraron con los míos, y vi ese sentimiento desgarrador de miedo otra vez. Tragué saliva. No podía soportar la idea de ella tuviera miedo de mí. La forma en que Ryan había puesto la historia me hizo quedar como un hijo de puta sin corazón que disfrutaba arrojando cadáveres quemados a un río. No tenía ni idea de cómo me había sentido de disgustado conmigo mismo después de eso. No tenía ni idea de cómo había llorado hasta quedarme dormido esa noche. Y definitivamente no tenía idea de que me había jurado a mi mismo que nunca haría una cosa así.

B.R.O.N.X «j.b» Terminada «corrigiendo»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora