41. Boys like you.

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''¿Estas preparado?''


Brooklyn Reed


—Mamá, papá, este es mi novio Justin.— Sonreí ante el espejo. Mis mejillas dolían de haber estado ensayando sonrisas durante la última media hora. Decir que estaba nerviosa sería el eufemismo del año. Tenía el estómago en la garganta, amenazando con ahogarme. Justin se reunía con mis padres esta noche y sin embargo yo sabía que preparar mi discurso sería inútil cuando el verdadero momento llegara en realidad. Yo estaba tratando de averiguar la mejor manera de romper el hielo de todos modos.

Pobre Justin, había tenido que aguantar a mis llamadas y mensajes durante toda la semana que le decía lo que podía y no podía decir. Yo fui tan molesta que una vez incluso me colgó, me envió un texto después que me decía: 'Mira, te quiero, pero me estás estresando'. Yo no me enojé porque sabía que él tenía razón, pero yo no podía dejar de preocuparme, sobre todo por mi padre. Él había estado enviándome miradas extrañas durante toda la semana, mientras que mi madre se veía casi emocionada. Nunca había esperado que fuera tan tranquila al respecto. No hace un mes que me estaba diciendo que dejara de ver a mi novio porque me distraía de mis estudios y ahora ella había estado parloteando sin cesar sobre qué vestido debía llevar. Incluso había reservado cita para las dos en el salón de belleza. Apuesto a que tenía más que ver con mostrarse en la fiesta -había resultado en una especie de competencia por lo que la madre quería verse más joven y mejor-.

Me pasé las manos por el pelo en señal de frustración antes de atar mi pelo en un moño. El peluquero se haría cargo de él más tarde. Mi labio inferior estaba hinchado de tanto morderlo y mis mejillas tenían un tinte rojo de ansiedad permanente. Estaba a punto de seguir ensayando otras formas de presentar a Justin a mis padres -ya imaginando la cara de mi padre- cuando alguien llamó a la puerta.

—No nos iremos hasta dentro de dos horas, mamá. No estoy lista.— Le dije, dando la vuelta en el taburete hacia la puerta. Sin embargo, la persona que estaba allí no era mi mamá. —Y sin embargo..— Terminé, una enorme sonrisa extendiendo en mi cara.

—Yo no soy tu madre.— Ella reflejó mi sonrisa, caminando más adentro en la habitación con los brazos abiertos.

—¡Tía Jenna!— Chillé, tambaleándome sobre mis pies para abrazarla. Ella me abrazó con fuerza. —Yo no esperaba verte hasta esta noche.

—Llegué temprano.— Ella sonrió.

—¿Está Tessa aquí también?— Le pregunté con la esperanza de ver a mi prima favorita.

—No, Bill tuvo que trabajar por lo que probablemente saldrá después del almuerzo.— Ella explicó, dando un paso hacia atrás para mirarme. —Pero mírate, estás tan crecida.

Puse los ojos en broma. —No he crecido un centímetro desde la última vez que me viste.— Lo cual, por desgracia, fue el verano pasado, es decir, me he quedado atrapada en el 1'60 por siempre lo más probable.

—Puede que haya encogido.— Ella me dio una mirada de incredulidad. Mi tía Jenna había sido siempre más alta que yo y hasta que mi madre, probablemente alrededor de 1,67. Su largo cabello castaño claro estaba salpicado con toques de naranja naturales y siempre lo llevaba atado en un moño o una trenza. Ella casi nunca usaba maquillaje, pero para mí ella no lo necesitaba. Sus ojos eran verdes y como los de mi madre -posiblemente lo único que tenían en común y que habían comenzado a mostrar signos de envejecimiento en las esquinas-. Pero ella todavía parecía más joven que ella, a pesar del hecho de que ella cumpliría 39 en mayo.

B.R.O.N.X «j.b» Terminada «corrigiendo»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora