Pesadilla

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--Narra Estef--

No era consciente de lo que me estaba haciendo, pero me dolía mucho, no podía moverme, estaba inmovilizada. No paraba de intentar gritar, me dolía tanto que no era capaz, me faltaban las fuerzas. No podía pensar, estaba paralizada de miedo. Llegó un momento que paró y aproveché para gritar y él me puso la mano en la boca. Estaba llorando, no podía aguantar semejante dolor. Semejante violencia. Justo en ese momento se escucharon golpes en la puerta, podía escuchar la voz de Gavi diciendo mi nombre. Marcos quitó la mano y grité su nombre. Él rompió la puerta de un empujón, pero no estaba solo, a su derecha estaba Pedri y a su izquierda Fernando. Mis hermanos entraron corriendo en cambio Gavi, fue directo a Marcos el cual estaba abrochándose el pantalón. No pude aguantar más y como aún me dolía todo, me desmayé.

--Narra Gavi--

No me lo podía creer, volvió a pasar, pero esta vez, lo que más daño le podría haber hecho a Estef. Fuí directo a él, le pegué la paliza de toda su vida, le destrocé la cara. No le maté para que sufriera en la cárcel.

- Corre tápala, yo voy a llamar a la ambulancia y a la policía.- podía escuchar a Pedri decirle a Fer. Cuando terminé pude ver en la entrada de la habitación a todos mis amigos del Barça.

- Tranqui peque, todo va a estar bien ¿vale? Estás segura, estás con nosotros.- le dije dándole besos en la cara y agarrándola de la mano.

Ya había llegado la ambulancia y la policía. A ese pervertido lo detuvieron y a Estef la llevaron al hospital y a mi me dejaron ir con ella.

Llegamos, bajamos de la ambulancia y la llevaron a una sala en la que no podíamos entrar.

Pasaron 2 días y aún no le habían dado el alta. Todos mis amigos le dejaron cosas, flores, globos, chuches, osos de peluche...

Yo pasé esos días con ella, sin separarme de su lado. Lo que me preocupaba era que no dijera nada, los médicos pasaban cada 2 horas para preguntarle cómo estaba, pero ella siempre miraba a un punto fijo, sin decir absolutamente nada. La noche del 25 pudo cerrar los ojos solo 2 minutos pero se la podía ver que no era capaz. A Pedri, Fer y a mí nos sacó el médico de la habitación para decirnos lo que tenía.

- Va a estar un día más ingresada, si vemos que se mejora le daremos el alta, pero les recomiendo que la lleven a un psicólogo bueno porque lo va a necesitar, lo que ha vivido esa chiquilla, es muy traumático.- nos dijo el señor.

- ¿Pero qué tiene?- le pregunté agonizado.

- Tiene un desgarro vaginal y eso puede que la próxima vez que tenga relaciones le duela. No es algo que se cure fácilmente.- me contestó el doctor. Salí del hospital, corrí a casa de Pedri a por un regalo para Estef, pero no pude evitar llorar.

Por la noche, me colé en la habitación del hospital de mi novia, traía una cosa que creía que la animaría.

- Mira peque, te traje una cosita que te pondrá super feliz.- ella me miró con lágrimas en los ojos. Saqué de mi mochila transportín a Cala. Por fin pude ver una sonrisa en su cara. Ella extendió sus brazos y la puso encima de sus piernas.

- Muchas gracias Gavi.- He de decir que echaba de menos su voz. La dejamos que pasara la noche con la perrita en la habitación.

Al día siguiente, cuando me desperté, sus hermanos no estaban, estaban fuera de la habitación hablando con el médico. La miré y la ví dormida abrazada a Cala. Dejé que durmiera y salí con mis amigos y el médico.

- Vemos que ya pudo dormir, sin dolor y las pruebas que le hicimos están bien, aún tiene el desgarro pero se puede ir.- nos informó.

- Entonces... ¿le van a dar el alta?- preguntó Pedri de brazos cruzados.

Como me enamore de ti - Pablo GaviDonde viven las historias. Descúbrelo ahora