4° Rumores

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Al día siguiente, Rose y yo nos preparamos para ir a clases. Me di una ducha antes, pero mientras lo hacía fue imposible no darme cuenta de los murmullos que algunas chicas intercambiaban y supe que algo tenía que ver yo en eso, ya que me miraban de reojo y algunas otras no eran del todo disimuladas que digamos. Decidí ignorar todo y una vez que estuvimos listas, salimos del dormitorio, caminamos juntas mientras Rose me cuenta sobre Elliott y lo increíble que es con ella, pero casi no pude prestarle atención ya que las miradas curiosas y algunas otras de enfado me mantienen desconcentrada.

—  ¿Acaso me salió un tercer ojo? — le pregunto a una de las chicas que están en la entrada del edificio y no se preocupa por ocultar su escaneada de todo mi cuerpo.

—  ¿Qué se te perdió? — ataca Rose sin saber porque me molesté con la chica, provocando que nos mire como si estuviéramos locas, tomo a Rose antes de que se lance a los golpes y nos vamos lo más lejos que podemos. — ¿Qué pasó? — me pregunta confundida — ¿Por qué la queríamos golpear? — pregunta y sacudo la cabeza

—  Toda la mañana me han mirado raro las chicas de los dormitorios — confieso — y no tengo ni puta idea de porqué.

—  Yo si — sonríe y arrugo las cejas — porque saliste anoche con Kyle Black — dice y mueve las cejas hacia arriba tres veces en un gesto coqueto —  Media universidad quiere meterse a su cama, enamorarlo y domar al menos a uno de los Black que han estado en esta universidad — explica — y digo media, porque la otra pitad son hombres — resopla

—  ¿Me miran mal y murmuran sobre mí solo por un chico?

—  No — rueda los ojos — te miran mal y murmuran sobre ti por Kyle Black — me corrige <<lo que me faltaba>> suspiro profundo. No puedo creer que las chicas sigan peleándose por un hombre como si no valieran más que eso.

—  Kyle y yo solo somos amigos — refuto — o al menos apenas somos amigos — ruedo los ojos — no han pasado ni siquiera veinticuatro horas y todo el mundo ya lo sabe.

—  Es Ky....

—  Si vuelves a decir su nombre completo como si estuviéramos hablando de Chris Evans, te voy a dejar de hablar — advierto logrando que cierre la boca y no diga nada más relacionado con Kyle. Juntas caminamos al mismo edificio en el que tenemos clases, pero en distintas aulas, así que en cuanto ella llega a la suya, nos dividimos y me marcho hacia mi clase de la primera hora.

Tuve que soportar los murmullos nuevamente y las miradas curiosas de esta vez no solo las chicas, sino también de los hombres que me han comenzado a observar como si fuera un trozo de carne, algunos me guiñan el ojo y otro me sonríen con galantería como si eso les funcionara alguna maldita vez. Todo eso pude aguantarlo, pero lo que si me sobre paso la paciencia fue cuando un imbécil se atrevió a tocarme el trasero cuando pasé junto a él, le di la maldita bofetada más fuerte de su vida y seguramente le dejaré la marca un par de días. Al llegar a la cafetería, mi humor se ha ido en picada.

—  ¿No mejoró, verdad? — pregunta Rose al verme tomar asiento junto a ella con mi charola de almuerzo.

—  No — digo con mala cara, llamando la atención de Elliott, quien se inclina hacia enfrente para poder verme a la cara.

—  ¿Qué ha pasado? — pregunta con el ceño fruncido — te vez de más mal humor que antes.

—  Todos me observan como si fuera un extraterrestre — me quejo — y no dejan de murmurar sabrá dios que, y hace una hora un idiota me ha tocado el trasero solo porque le dio gana — espeto molesta y alza ambas cejas en señal de asombro.

—  No hagas caso a las estupideces que dicen — resopla, sin darle tanta importancia al asunto y realmente quiero hacerlo, pero no puedo... no puedo porque los chismes y todo eso son algo que quiero mantener lejos de mi vida, en casa no dejaban de soltar chismes sobre mi padre y sobre mí, sobre mi madre y todos los problemas que debieron haber sido solo entre familia, pero pasaron a dominio público solo porque se les vino en gana.

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