EN PIE DE LUCHA

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Cuando Eunhyuk dijo que no podría hacerlo, casi le creo, pero la bofetada que me dio realmente me dejo aturdida, me tuvo que levantar y llevar como un costal de papas hasta la torre, una vez ahí me pidió mil perdones pero lo hecho estaba hecho y había sido más que creíble.

El ministro Wang junto con el resto de emisarios de China fue echado de Joseon para que llevaran la noticia a mi hermano, de modo que el pusiese negarse a atacarnos.

Una vez en la torre, me vestí como un soldado y a caballo dando mi último saludo al rey, partí con Han Geng y Li xu hacia el sur evitando los caminos, nos tomó mucho tiempo y muchas noches trazar aquella ruta por la montañas, entablar relaciones de diplomacia con los terratenientes cansados de pagar más tributo a Chiu Ze, que a la corona.

En el sur nos reuniríamos con el ejército conformado y marcharíamos a hacia la capital para barrer con la escoria del verdadero dictador y su gente.

Acabábamos de llegar cuando la noticia llego, Joseon atacaba a China, enviando a todo extranjero fuera de la ciudad y construía un fuerte en la frontera para evitar cualquier acercamiento.

Nuestro ejército se levantó con la bandera de recuperar Joseon en contra de las ordenes de mi hermano, para así acercarse a la gente de Chiu Ze.

Pero en algún momento, en no sé cuál todo fallo ... todo sucumbió, mi mundo se quebró al ver que la gente en la que yo confié, en la que puse mi vida, me traiciono.

Solo obtuve un "lo siento", y las tropas que prepare con afán me dieron la espalda, arremetiendo contra mi ejército, matando a casi todos, derrotados, silenciosos, mirando a la cara a todos aquellos que me siguieron con los ojos cerrados.

Sus cuerpos ensangrentados se perdieron sobre el frio suelo, en la quietud de la vida eterna, fui arrastrada por Hang Geng fuera del campo de batalla, mi fiel dama estaba herida, mi gente estaba muerta, el rey de Joseon expiro y la única familia que tenía murió ante mi vista cuando la espada de Chiu Ze se clavó en su corazón.

Ambos monarcas, cayeron al suelo como hojas en otoño, en la quietud de la tarde, quería volver, pero no me lo permitieron, tuve que huir, volver a Joseon, volver oculta, Lord Yunho fue decapitado al igual que los principales miembros de la rebelión, los únicos que sabían que yo no estaba presa en la torre del palacio, nunca lo mencionarías pues uno a uno fueron aniquilados

Eunhyuk quiso venganza al enterarse de la muerte de los monarcas, pero no podíamos arriesgarnos, fui sacada de la torre y escuche de labios de un mensajero que el rey de Joseon había matado a mi hermano y que Chiu Ze lo había asesinado en lealtad al rey.

Derrame lágrimas de odio, era una mentira una cruel mentira, la peor de las blasfemias, yo estuve ahí, yo vi cuando ese malnacido los mato a ambos.

-Venerado sea el señor Chiu Ze- fue lo único que pude decir.

Me dirigí a mi pabellón privado a asearme y de paso, ayudar a Eunhyuk, Heechul, Donghae y Kangin a salir de la ciudad, los buscaban por traidores y en la penumbra de la noche se perdieron en busca de otro hogar.

-Júrame que la mataras- fue su única petición.

-Te juro que le arrancare la cabeza- dije al enterarme del nombre de aquella maldita que entero a Chiu Ze de nuestros planes... si ya odiaba a Seohyun ahora tenía el doble de odio para ella.

SIEMPRE LA OTRADonde viven las historias. Descúbrelo ahora