SIEMPRE LA OTRA

LA VENGANZA

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POV Kyuhyun

Que lentos caen los copos de nieve, las flores han desaparecido, las aves no cantan sus melodías y el aire que se respira está cargado de muerte, dolor, silencio como si el invierno fuera eterno, como si el sol no quisiera ya darnos su calor, como si fuera cierta la venganza de Quin por la muerte de su princesa en los brazos mezquinos de Joseon.

Mi pecho esta frio, pero no se debe al tiempo, sino a mi corazón que se detuvo, que quedó destrozado tras ver morir a mi familia lentamente, dejándome solo, hueco con ganas de olvidar y no poder volver atrás.

Paradojicamente ahora entendí, aprendí a ser un rey, deje atrás mi corazón, lo enterré con mi padre, mi madre, mi esposa, mi hijo y la vida de ensueño que creí mía , ahora solamente vivo para hacer que Joseon regrese a ser una nación, me ha dejado de importar Seohyun.

He comprendió lo traicioneros que son los sentimientos, mi amor por ella no me dejo ver lo que era realmente, me cegó, acuse a Sungmin de querer mi corona cuando la única que veía en mí el medio para obtenerla era Seohyun. Nunca me amo, jamás tuvo un sentimiento reciproco por la admiración y el cariño que yo le tenía.

Se aprovechó de mi testarudez, mi inmadurez y mi sueños por tener un romance como el de cualquier otro hombre, pero yo no era cualquier hombre, era un príncipe, un imbécil con un trono deseado por su familia y que con ayuda de mi madre fue posible que ella obtuviera.

He comenzado a dudar tanto de ella, que a veces cuestiono si todo lo que me dijo en el pasado será verdad o mentira. Me ha dado una hija, mi única descendiente, pues aun cuando me pide visitarla, no he vuelto a su lecho. No deseo compartir mi tiempo a su lado, mi primogénito está muerto, el único digno de ser mi sucesor murió por su culpa y mi culpa.

Esa culpa no me deja vivir, en mis pesadillas veo a mi hijo llorando, a Sungmin sufriendo ante el cuerpo de nuestro hijo, la veo acusándome de la muerte de ambos y no puedo defenderme, soy culpable, ambos murieron por mi culpa.

Cuando en pleno velorio de mi hijo, me avisaron que había huido, encabecé un grupo de soldados para buscarla, para que al cabo de una semana encontráramos su cadáver en el fondo de un acantilado, su cuerpo estaba desecho, solo la pudimos reconocer por el anillo de bodas de su mano, el resto estaba irreconocible.

La enterré con mi hijo, en la misma tumba y le jure que jamás volvería a permitir que alguien sufriera por mi culpa, es por eso que tomado el trono, he tomado el control del trono, deseche a todo amigo y solo soy cercano a mis aliados. Cada que tengo algún problemas del que siento perder la cabeza, son los consejos de Sungmin los que me ayudan a entender y a solucionarlo, es observando su anillo de bodas lo que me da fuerza.

-Era una excelente reina- me ha dicho Lord Yunho, causándome mayor culpa por su muerte. Aun no logro definir si la quise, si la ame o solo fue un sentimiento de respeto por ser como era, pero lo cierto es que mi pecho duele y en ocasiones mis ojos se empañan al recordar ese pelo negro caer en su espalda, ese andar delicado y grácil como el de una gata o una tigresa, la fuerza que me hacia temblar cuando hablaba de mis decisiones como rey, la nostalgia por sentirse fuera de su pueblo y la valentía de intentar algo que todo el mundo temía.