Capítulo 3.

7.7K 480 19
                                    

-¿Así que me estás diciendo que cuando dijiste que alguien quería hacerte daño, no lo decías en sentido literal?

-Bueno, no, la verdad es que no. -Camila se encogió de hombros.

-¿El ataque con navaja ha sido una coincidencia?

-Sí, supongo.

Lauren cerró los ojos y se los frotó.

-Vale, entonces cuéntame lo que ocurrió, en la calle, me refiero.

-Como le dije a la policía, la verdad es que no tengo mucho que decir. Iba hacia mi coche alquilado, lo había aparcado en la calle a unos cincuenta metros de aquí. No esperaba que me fuera a pasar nada malo. Bueno, a decir verdad, estaba bastante cabreada.

-Oh... ¿por qué?

-Pues contigo, la verdad -dijo Camila sonriendo, algo cortada al admitirlo.

-¿Conmigo?

-Sí, contigo y eso de "no me toques".

Lauren suspiró.

-Te lo dije entonces y te lo repito ahora, no era nada personal. Es sólo que me pillaste por sorpresa.

-Sí, bueno, da igual. Por eso no estaba prestando mucha atención a nada de lo que ocurría a mi alrededor. Vamos, que esto es Londres, por Dios, no Los Ángeles. Te entra bastante despreocupación con la idea de pasearte por aquí de noche. Nunca hasta entonces me había sentido amenazada.

Lauren resopló.

-Recuérdame que te enseñe algunas de las zonas menos atractivas de nuestra bella ciudad. Entonces a lo mejor tienes un poco más de cuidado.

-Sí, mamá.

Lauren no hizo caso del comentario, con la cara tan impasible como siempre.

-¿Qué es lo que sí recuerdas?

-Pues había gente, un grupo, chavales en su mayoría, la verdad es que no miré. Pasaron a mi lado en la otra dirección. Había avanzado unos diez metros cuando noté que me daban un golpe en la espalda. Me empujaron encima del capó de un coche aparcado. Estaba tan sorprendida que me quedé allí preguntándome qué demonios había pasado. Cuando por fin miré, no había nadie. Supe que algo iba mal en cuanto intenté ponerme en pie.

-¿La espalda? -la instó Lauren.

-Sí, un dolor espantoso en toda la espalda. Me di la vuelta como pude y me apoyé en el coche. Fue entonces cuando vi la sangre que corría por el capó y goteaba sobre el guardabarros. Hacía un ruido curioso como de chapoteo. Me quedé mirando fascinada, hasta que me di cuenta de que era mi sangre.

-¿Qué hiciste entonces? -preguntó Lauren suavemente, al ver a Camila reviviendo su reciente pesadilla.

Camila levantó la mirada, frunciendo el ceño.

-¿Sabes? He intentado recordarlo, pero es que no hay manera. Lo siguiente que recuerdo es a ti y la ambulancia. Gracias por sujetarme la mano y no soltarme, Jauregui, me diste fuerzas. Me sentía tan protegida.

Lauren carraspeó y miró al suelo.

-No fue eso lo que pasó exactamente, Camila -dijo Lauren en voz baja.

-Claro que sí.

Lauren miró la cara sonriente de Camila y no tuvo el valor de contradecirla.

-¿Y no viste al que lo hizo? -preguntó, volviendo al tema que las ocupaba.

-Qué va, ni siquiera sé si fue uno de esos chicos. Podría haber sido cualquiera.

-¿No intentaron robarte nada, dinero, joyas, el bolso?

LA COBARDE (CAMREN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora