-Una persona interesante -dijo Lauren entre lametones largos y lentos. Estaban sentadas las dos en un banco del parque, comiendo un helado.
-Sí, es una forma de describirlo -replicó Camila de mal humor.
-No es alguien con quien convenga enemistarse, me parece a mí.
-No lo sé.
Se quedaron en silencio, Lauren concentrada en su helado, Camila con la mirada fija en los cuidados parterres de hierbas del parque, sin verlos en realidad.
-¿Vas a querer eso? -preguntó Lauren, dando un codazo a Camila y señalando su helado, que se estaba derritiendo.
-No, toma. Ahora mismo no me apetece.
-Yo siempre he pensado que nunca hay un mal momento para tomar un helado -dijo, quitándole muy contenta el helado a Camila.
-¿Por qué no puedo tener un padre normal?
-Probablemente va con la especie, creo yo.
-¿Qué especie?
-Los empresarios superricos. Todo trabajo y nada de diversión. No me sorprende que tu madre se largara.
-Pero no siempre ha tenido que ser así, ¿verdad? -dijo Camila.
-¿En qué estabas pensando?
-Pues ya sabes, amor, romance, citas, todo eso.
-A lo mejor a tu madre le gustaba la idea de tener una fuente inagotable de dinero. ¿Y descubrió demasiado tarde que la cosa no era ni mucho menos tan buena como la pintaban?
-Supongo.
-Eres joven, Camila. Algún día encontrarás a tu princesa. Entonces podrás pasarte el resto de tu vida demostrándole a tu padre cómo se deben hacer las cosas.
-¿Y tú qué, Jauregui? ¿Algún día llegará tu eeeeh... lo que sea?
-Si no llega, es que no lo estoy haciendo bien.
-Muy graciosa, Jauregui. Estoy hablando en serio.
Lauren se encogió de hombros, metiéndose otro buen montón de helado en la boca.
-No es algo en lo que haya pensado mucho -dijo, frunciendo el ceño ligeramente, evidentemente incómoda con el tema.
-¿Tú crees que hay alguien ahí fuera sólo para ti, la otra mitad de tu alma? -preguntó Camila.
-No lo sé.
-¿Y si ya está cerca, pero no lo reconoces?
-Y yo qué sé -masculló Lauren.
Lauren se terminó el helado.
-¿Y ahora qué, jefa?
-¡Ja, sólo soy jefa cuando te conviene! -replicó Camila, con tono despectivo.
-En este momento, me conviene.
-En ese caso, llévame a casa.
-¿Te refieres a casa de hotel, casa de Mansiones Jauregui o casa de California?
-Jauregui, no estoy de humor, llévame a tu casa... por favor.
-A casa, pues -dijo Lauren, levántandose ágilmente del banco y alargando la mano. Camila la agarró sin decir nada y dejó que la pusiera de pie sin esfuerzo.
-¿Tenemos que volver en metro?
-No, si no quieres. Hay autobuses, taxis o piernas: elige.
-¿Cuánto tardaríamos andando?
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LA COBARDE (CAMREN)
FanfictionLauren, una detective privada que nunca ha tenido una experiencia amorosa en su vida. Camila, una niña mimada de papá que necesita ser cuidada y protegida y recurre a Lauren en busca de ayuda y quizás, poder conquistarla. ¿Encontraran el amor estas...