—¿Así que dice usted que el capitán no está implicado en todo esto? —preguntó Camila.—Directamente no, señorita Cabello. Es culpable de uno de los crímenes más viejos, pero no de contrabando.
—Me parece que no lo entiendo.
—Está teniendo un lío amoroso, es lo que creo que intenta decir el inspector —dijo Lauren, sentada al lado de Camila. Las dos estaban sentadas frente al escritorio del inspector Cigrande.
—Pero si es dos veces más viejo que ella y encima está casado —dijo Camila, frunciendo el ceño.
—¿Tengo razón? —le preguntó Lauren al inspector.
—¿Hace falta que me lo pregunte? —sonrió él.
—Pues no. Me lo imaginé cuando habló con nosotras después del accidente.
—¿Accidente?
—Sí, Camila y Allyson metieron la nariz donde no debían y se la mordieron. Ahora ya no tiene importancia.
—Como quiera. Este informe ya es bastante más disparatado de lo que me gustaría.
—¿Qué hay que decir? El padre de Camila nos pidió que viéramos qué podíamos averiguar. Lo hicimos y ya está.
—Sí, eso sería muy adecuado y sucinto, ¿verdad?
—¿Entonces nos podemos ir ya?
—Sí, son libres de marcharse. Pero la próxima vez que visiten nuestra hermosa ciudad, por favor, absténganse de disparar armas de fuego, si son tan amables.
—Palabra de Guía —dijo Lauren, llevándose dos dedos a la sien como saludo.
—¿Señorita Cabello?
—Oh, por supuesto, palabra de Exploradora —dijo, imitando el saludo de Lauren. El inspector se limitó a sacudir la cabeza y cogió unos papeles.
—¿Puedo recuperar mi micro?
—¿Su micro?
—Sí, mi micro.
—¿Y dónde está, señorita Jauregui?
—Dentro del juguete para contrabando de Allyson.
—¿Lo dice en serio?
—Siempre hablo en serio.
Él volvió a sacudir la cabeza, pero llamó por teléfono. El aparato no tardó en estar en la mesa del inspector. Éste lo estudió un momento, dándole vueltas despacio entre las manos.
—¿Cómo funciona? —preguntó.
—¿Y usted es francés? —dijo Lauren con una sonrisa burlona—. A ver, démelo y se lo enseñaré. —Cogió el aparato y desenroscó la parte principal. Retorciendo y tirando, consiguió desmantelar la parte interna y se la puso en la mano—. No lo entiendo, no está aquí.
—¿Quién puede haberlo cogido? —preguntó el inspector.
—No lo sé. Ah, bueno, no importa. Siempre puedo conseguir más —dijo ella, entregándole el aparato al inspector. Éste frunció el ceño, pero aceptó los diversos trozos y piezas y los metió en la bolsa de pruebas.
Firmaron varios papeles que el inspector les puso delante, se estrecharon la mano y se fueron. Fuera, el padre de Camila esperaba en la parte de atrás de una gran limusina.
—Tengo que estar en el aeropuerto dentro de menos de una hora. ¿Os llevo?
—Nuestras cosas siguen a bordo —contestó Lauren.
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LA COBARDE (CAMREN)
FanfictionLauren, una detective privada que nunca ha tenido una experiencia amorosa en su vida. Camila, una niña mimada de papá que necesita ser cuidada y protegida y recurre a Lauren en busca de ayuda y quizás, poder conquistarla. ¿Encontraran el amor estas...