-¿Tuviste una buena mañana?.
-Si.
-Me da gusto.
-¿Te sientes mejor? - ella me miró un poco y sonrió.
-Mucho mejor.
-Me alegro.
Ella detuvo el coche y me miró.
- Antes de que salgas quiero darte algo.
-¿A mi?.
-Sip.
Ella abrió su mochila y sacó una pequeña bolsa.
-Ayer mamá me mandó a comprar algunas cosas, mire algo que te gusta y los compre para ti.
Me entrego la bolsa.
-Espero que no los acabes el día de hoy.
Sonrió enormemente.
Abrí la bolsa y mire algunos de mis chocolates favoritos.
-¿Todos son para mi?.
-Si.
-No tenias que molestarte.
-Lo sé pero quise regalarte algunos.
-Gracias.
-Te acepto las gracias con una condición.
-¿Cuál?.
-Que me des un beso en mi mejilla.
Coloco su mano en la nuca.
-¿En la mejilla? - asintió - Te conozco y terminará en tu boca.
Ella sonrió un poco.
-Lo sabes bien pero confía en mi, prometo que no haré nada.
La mire y ella sonrió mostrando sus hoyuelos.
-Bien pero si haces algo me las vas a pagar.
-Trato.
Me acerque un poco, con lentitud me acerque a su mejilla.
Pose mis labios en su mejilla, los dejé un rato en esa zona y me aleje.
-Listo.
-Ahora si tomo tu agradecimiento con gusto.
Negué.
-Debemos ir - asintió.
Abrí la puerta y salí.
-No olvides tus chocolates.
Asentí y los saque del coche.
Cerré la puerta y espere a que le pusiera el seguro para avanzar a la entrada.
-¿Nos vemos en el descanzo?.
-Claro.
-Bien entonces te veo luego.
Ella se alejó por uno de los pasillos.
Creo hoy será un buen día.
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Mientras me lavo las manos la puerta del baño se abrió.
Mire a Zendeya quien me miró y sonrió un poco.
- Hola.
-Hola - le sonreí.
Ella se coloco al lado mío.
-¿Cómo estás?.
-Bien gracias, ¿tú que tal?.
-Igual.
Asentí.
-Oye - la mire - Quiero hacerte una pregunta.
-Claro dime.
La mire y ella a mi.
-¿Tú y Billie.....?
Abrí mis ojos con sorpresa y negué.
-No no para nada solo somos amigas.
-Entiendo.
Asentí.
-Te cuidado con ella puede parecer una buena persona pero nunca sabes cuando está actuando.
-¿Por qué crees que esta actúando? - ella suspiro y sonrió un poco.
-Creo que no sabes lo que sucedió.
-¿Lo de tu relación?.
-Si y por experiencia sé que ella solo está jugando contigo Jenna, no me confiaría tanto de ella.
- Parece que ella no está jugando.
-Lo sé pero no lo sabes con certeza.
-Tú tampoco - la defendí.
-Tienes razón - se acomodo sus típicos lentes negros - ¿Haces algo en el descanzo?.
-No.
-Entonces te espero en la biblioteca para explicarte algunas cosas que llegue a conocer de ella, tal vez pueda ayudarte a que no te haga daño.
