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-Te compre un Latte Macchiato - le sonreí.
-Muchas gracias Billie.

Se sento a mi lado y me abrazo por los hombros.

-¿Ya me dirás de que hablaste con mi hermano?.
-Nena ya te dije que no voy a decirte, le dije a Tyler que no diría nada.
-¿Nena? - sus mejillas se colocaron rojas.
-Mmmm lo siento yo....

Negué con una sonrisa y le di un pequeño golpe en su brazo.

-No te preocupes puedes decirme de esa manera, Lauren también me dice así - me encogi de hombros.
-Esta bien.

Me miró y sonrió.

La observe y casi se me sale un suspiro.

-Gracias por darme otra oportunidad.
-Ya te dije que no tienes que estarme agradeciendo cada dos segundos.
-Lo siento.
-Y también que dejes de pedir perdón.
-Amm esta bien.

Asentí y sonrió.

-¿Quieres ir a mi casa?.
-Amm debería decirle a mis padres pero iré.
-Si quieres yo pido el permiso.
-Esta bien.

No dejó de mirarme  a los ojos.

Sus ojos azules, esos ojos que me gustan tanto.

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-Un gusto conocerte.
-Un gusto conocerla.
-Es linda - miro a Billie y ella sonrió.
-Te dije que lo era.
-Estás en tu casa.
-Gracias.
-Ven vamos a mi cuarto - Billie me tomó de la mano y me llevó escaleras arriba.

Mire todo con atención.

Era una casa pequeña pero acogedora.

Nos detuvimos frente a una puerta.

-Bueno está es mi habitación.

Abrió la puerta .

-Adelante.

Se hizo un lado y me dejó pasar.

Entre a pasos lentos y mire todo con atención.

No imaginaba así su cuarto....

Tenía posters pegados, un estante lleno de tenis, su cuarto con luces rojas.....

-Los pocos que han entrado a mi habitación dicen que parece un teibol dance - soltó una pequeña risa.
-Es diferente a como la imagine pero me gusta.

Cerró la puerta.

-Ven - me llevo hasta su cama y nos sentamos.
- ¿Qué quieres hacer?.
-Lo que tu quieras.
-¿Te parece si solo nos acostamos y hablamos de todo y nada?.
-Me parece buena idea.
-Bien entonces vamos acomodarnos.

Me acomode en la cama y ella a un lado de mi.

-¿Y de qué quieres hablar? - pregunté.
-No lo sé.

Nos quedamos en silencio hasta que ella habló de nuevo.

-¿Puedo abrazarte?.
-Sabes que puedes hacerlo.

Cuando sus brazos rodearon mi cuerpo y colocó su cabeza en mi pecho sentí una sensación tan cómoda y reconfortante en mi pecho.

Desde que la perdone y ella está  conmigo me siento alegre y en un lugar seguro.

- Estos días me siento tan feliz - dijo y sonreí - Cuando estabas lejos me sentía rara, no se como explicar ese sentimiento pero no quiero volver a sentirlo.

Sus palabras siempre tenían alguna reacción dentro de mí.

-Estoy segura que Kaky estaría feliz de conocerte.
-A mi también me hubiera gustado conocerla.
-Disculpa a mi madre por la manera en la que te miro.
-Esta bien no te preocupes.
-La reacción que tuvo fue porque desde lo de Kaky no traigo a nadie a casa.

Cuando te conocí. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora