En el pasado...
Respirar jamás fue tan difícil y confuso para Eder, desde que salió del despacho de su padre esa tarea le resultó por primera vez casi imposible. Sus pies hacían un buen trabajo pese a que sus ojos no eran capaces de encontrar un equilibrio. Sentía punzadas de dolor por todas partes, y mientras conducía pensó que la única razón por la que no se había estrellado contra algo era porque Allah aún tenía misericordia de él.
Tenía que estar con su hermano, con Adam, era su día, el día que más necesitaba su apoyo, había tenido a primera hora de la mañana el examen para obtener una plaza como bombero, había estado con él en el proceso y queria estarlo tambien cuando le dieran el resultado, pero su padre, como siempre, tenía otro plan para el.
Estaciono el coche cerca de Gym Bol, el gimnasio donde entrenaban sus hermanos desde hacía muchos años, primero empezó a ir Adam, su tío materno era uno de los entrenadores, luego empezó a acompañarlo Zayan, tras descubrir que los niños se metían con su físico y lo acosaban. Eder había optado por darles una lección que no olviden jamás, una buena amenaza, pero Adam insistió que si Zayan no aprendía por su cuenta a defenderse y a hacer oídos sordos a niños malcriados entonces jamás aprendería y siempre dependerá de la protección de Eder, como un cachorro tras el lobo, y los Darwish no eran unos cobardes.
Para asegurar que Gym Bol era seguro, Eder los acompañó varias veces, hasta que se convirtió en un hábito ir a entrenar con el tío de Adam, quien había hecho un grandioso trabajo entrenandolos, sobre todo asegurándose de que Zayan, su peor alumno se convirtiera en el mejor.
Desde que se graduó y empezó a trabajar en Darwish Empire apenas tenía tiempo para ir a entrenar, sus hermanos en cambio siempre conseguían tiempo para ir y sabía que cuando alguno de ellos estaba nervioso o impaciente allí los encontraría.
La respiración se le entrecortaba mientras avanzaba hacia la entrada, sentía el sabor ácido de la sangre aún en la boca, lo que provocaba que escupiera durante el camino. Sentía sus pulmones arder y un nudo en la garganta que lo ahogaba, no era la primera vez que sobrevivía a las palizas de su padre, pero esa, esa había sido terriblemente dolorosa, terriblemente humillante y vergonzosa, y lo que más lo enfurecia era que alguien como el, fuerte físicamente, grande y rápido podía ser derribado como un niño pequeño, herido y humillado por un hombre que podía detener de un empujón.
Cuando entró al despacho de su padre esa mañana y vio a Naser, padre de Mayra, la chica más arrogante, mimada, superficial, egoísta y malcriada, hermana de Ines, la joven que su hermano había dejado embarazada era un viejo amigo de la familia y un cliente estrella de Darwish Empire supo que algo tramaban, y cuando el hombre hizo la propuesta de un compromiso con su hija, sabía que su padre estaba al tanto y que no tenía escapatoria.
Era una encerrona, y su padre sabía que accedería a las buenas o a las malas, evidentemente había sido a las malas, justo cuando Naser salió de la sala tras recibir un largo silencio como respuesta por parte de Eder su padre se lanzó contra él, primero fueron gritos, luego amenazas y finalmente para sellar, golpes, y cada golpe había sido decidido y limpio mientras sus gritos de amenaza sonaban como un animal salvaje.
-Me avergüenza teneros como hijos, primero el perro de tu hermano y ahora tu -cogió el bate que le regalo un jugador profesional en un evento y se lo apretó en el estómago a su hijo que yacía en el suelo dolorido.
Le gritó lo que perdería Darwish Empire si perdía a Naser, él porque todos sus hijos eran una vergüenza, y que el absurdo matrimonio de Adam y la zorra de la hija de Naser, tal y como dijo, no valían para nada, quería algo más seguro y solido, algo que volviera a reconstruir su relación, que los beneficiara a ambas partes y que no iba a permitir que lo avergonzara rechazando una petición tan importante como esa.
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AHLAM ~ Los hermanos Darwish ١
RomanceEder Darwish, el mayor de seis hermanos casi pierde la vida intentando salvar a su familia, tal y como siempre lo había hecho, desviviendose por cada uno de ellos. Tras volver a abrir los ojos y aceptar la segunda oportunidad de vivir que Allah le o...