AHLAM ~ Los hermanos Darwish ١

CAPÍTULO 15

Habían pasado un par de días desde el día de la salida con Eder y Maya.

Maya se puso mala, vomitó un par de veces más por lo que Eder decidió que intentar ser el mejor tío del mundo con exceso de dulce no iba a ser bueno para la niña.

Tenerlo alrededor era extraño, pero reconfortante, sobre todo por lo feliz que estaba Maryam, la cual hacía mucho que no la veía de tan buen humor, pero pocas veces se dejaba ver, desaparecía y aparecía cada mañana para acompañar a su madre en el jardín, hasta la hora de comer, la hora en la que volvía a desaparecer.

Apenas tenían ocasiones en las que pasar el tiempo juntos, pero cuando él estaba cerca procuraba estar lejos y no mirarlo, como si fuera su cazador. Pensó que si algún día volvía sería diferente, que estaría preparada y concienciada en tratarle igual que a sus hermanos y no volver a mirarlo con los mismos ojos que hacia años, pensó que sería fácil ignorar esa parte, pero algo en su conciencia no parecía querer reconocer y asimilar ese hecho, porque aquella noche tras la salida con Maya apareció en sus sueños.

Ya no solo tenía que procurar evitarlo consciente sino que también inconsciente, porque cuando el sueño la atrapaba sus ojos estaban allí, esperándola. No era la primera vez que soñaba con él, después de su accidente y se marchara lejos, no había día que no soñara como él estaba en el suelo, herido y mirándola, queriendo que alguien lo salvara, pero sin que nadie hiciera nada, sin que ella pudiera hacer nada.

Esa noche soñó algo completamente diferente, esa vez sintió su mirada perseguirla, y lo peor era que ella quería ser perseguida, girarse cada instante para comprobar que seguía allí, queriendo llegar a ella incluso si jamás dejase de huir.

Fue terriblemente frustrante, frustrante levantarse con el pecho acelerado y desear verlo en el desayuno, se sintió terriblemente indefensa y no podía dejar de pensar en que luchar contra el sentimiento que en el pasado reconforto su inocente corazón seria un trabajo realmente duro, así que decidió huir de él, evitarlo y procurar no cruzarse en su camino, por que no quería volver a sentir lo que era querer ser de un hombre al que no pertenecía. 

Pero la realidad era que de la única de quien debía huir era de sí misma, porque era únicamente su problema y su culpa por haber malinterpretado todo y creer que él sentía una pizca de lo que ella sentía por él, para él tan solo era como una hermana pequeña, un ser querido, que estuvo en el momento inadecuado cuando más vulnerable estaba aquel día de hacía años en el que casualmente se encontraron en la caseta de material de Khaled.

Sabía que probablemente estando en la condición que estaba imaginó a otra mujer, porque mientras que ella jamás habría podido escoger o mirar de la misma manera a otro hombre él tenía a otra mujer en su vida, a Mayra, a la cual ni siquiera necesitó más que un par de días para presentarla como su prometida.

Se culpó por lo que sintió, de tal manera que no quería volver a hacerlo jamás, se culpó por la decepción y la pena que le rodeó durante semanas, por la manera en la que le afectó todo, por lo equivocada que estaba, pero finalmente supuso que al igual que nacieron esos sentimientos morirían, se juró que no permitiría que algo así sucediera otra vez hasta que estuviera casada y segura del amor que podía dar y recibir lo mismo a cambio.

Sobre todo se prometió no volver jamás a mirar de la misma manera a Eder o dejarse llevar por sus pensamientos, pero descubrir que su presencia era aún más esencial que antes, que su cercanía era aún más importante que antes, que su mirada era el nuevo entretenimiento de su mente la hizo estar de un humor horrible, no quería estar pensando ni distraída por ningún hombre que no fuera su maktub , por eso decidió que debía pasar más tiempo con Dris, de esa manera solo él le podía rondar por la mente y quizás con suerte por su corazón también.