AHLAM ~ Los hermanos Darwish ١

CAPÍTULO 10

La misma voz que lo calmó y le consoló el alma aquel día en el que se sentía rendido y tan agotado y deprimido sonaba cerca suyo, no sabía en qué momento, pero estaba de pie, justo enfrente de la puerta del cuarto por el que salía esa suave y maravillosa voz. Aun recién levantado y somnoliento observó a la joven que estaba en medio del cuarto acunando a una niña en sus brazos mientras le recitaba el corán con suavidad y cariño.

Era Seryn, sabía que era ella, era imposible no reconocer su voz, la cual a veces, en su más profunda soledad y en los días tristes y difíciles en los que le costaba dormir recordaba y lo calmaba.

Rezar y el recuerdo constante de Allah fue lo que no le hundió en la profunda oscuridad que le rodeaba, en la que sentía que había caído, y ella, ella hacía que recordara a Allah con mucha más intensidad, su voz siempres estaba allí para consolarlo y envolverlo en una tranquilidad inexplicable.

Pero no solo eso, la recordaba en cada sencillo detalle, como cuando veía un jardín desbordado de rosas, cada una de las rosas le recordaba a ella, por el amor que les tenía y el tiempo que dedicaba a cuidarlas como si fueran la mejor creación de Allah, incluso cuando llovía, nadie amaba la lluvia o el mal tiempo, pero si había alguien que sintiera entusiasmo incluso en un día triste era ella, aun recordaba cuando era pequeña y Khaled intentaba atraparla cuando se escapaba con su vestido de verano y su largo cabello y saltaba y bailaba bajo la lluvia como si fuera el mejor regalo de Allah, y ahora estaba delante suyo, con otro vestido de verano, modesto y bonito y a juego con el velo que cubría su cabello.

Seguía siendo hermosa, aun mas sabiendo lo que le ocultaba y le privaba al mundo, y no era por la gente ni por ella, era por su creador, y no había nada más maravilloso que alguien que confiaba y escogía a Allah antes que a su creación, porque si alguien no era fiel ni confiaba en quien le creo ¿como iba a serlo con la gente o consigo mismo? Y su vestimenta no era nada más que lo que representaba quien ella era, su corazón y su fe, y se reconoció a sí mismo que se alegraba, era demasiado hermosa para que cualquiera tuviera el privilegio de presenciarlo.

El recuerdo de aquel día que se quedó encerrado con ella volvió a surgir, el momento en el que ella desesperada por ayudarlo buscó refugio en las palabras de Allah. Dejo que lo tocara, la tocó, no habría sido un error de no ser por que sus pensamientos no estaban ni por asomo cerca de su intención por ayudarlo, recordó cuando recuperó la consciencia, ella evidentemente se había alejado de él, de los dos a ella aun le quedaba cordura y mantuvo una distancia respetable entre ambos, se acurrucó en la plataforma de madera en la que la encontró al llegar, en una mala postura porque evidentemente se había quedado dormida mientras lo vigilaba desde lejos.

Cuando se incorporó soportando todo el dolor y el cansancio de ese agotador y horrible día sus pies automáticamente tomaron el rumbo en su durección, mientras se acercaba a ella se quitó la chaqueta y cuando la alcanzó cubrió su cuerpo encogido por el frío, recordaba como un adorable balbuceo escapó de sus labios y un impulso por tocar su rostro lo invadió, casi lo había echo, pero se detuvo antes de rozar su piel, no podía, ya lo había hecho antes, lo cual era malo tanto para ella como para él y solo necesitó hacerlo una vez para saber el porque, porque no podía dejar de acerlo, y porque quería mas y mas, mas de lo que se le era permitido.

Retrocedió, como si fuera a quemarla o quemarse a sí mismo, lo cual era sarcástico, porque lo que le esperaba en el más allá si lo hubiera vuelto a hacer tras arrepentirse era exactamente eso.

Recordó como contemplarla fue terriblemnte doloroso y una tortura, como alejar su mano de ella dolió mas que un mal golpe con los nudillos y cuando se obligó a recuperar algo de demencia y respeto a Allah, a ella y a sí mismo vio la punta de una llave asomare en su puño medio cerrado.