CAPÍTULO 8

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Eder entró en su coche, suspiró y pensó que después del largo día de ayer y esa mañana agetreada podría aprovechar el viaje para ordenar sus pensamientos, tomar un suspiro para asimilarlo todo y organizar las cosas pendientes de las que tenía que encargarse mientras estaba en esa salida familiar, así era él, amaba los momentos de soledad, para ordenar su vida, pensar con claridad y asegurarse de que tenía todo bajo control, pero alguien abrió la puerta de copiloto.

-No me hagas arrepentirme -advirtió Zayan a Haron mientras entraba en el coche de Eder.

Haron, acompañado por Khaled y Shams hizo rugir el motor del coche de Zayan con una sonrisa triunfal mientras se situaba al otro lado de Eder, les guiñó el ojo y acarició el volante con admiración, sonreía como el hombre más feliz del mundo mientras bajaba sus gafas y sonreía descaradamente y provocativo para irritar a Zayan.

-¿No deberías preocuparte por tu hija? -le preguntó Haron señalando al otro lado con el pulgar, donde Hayat adelantaba su coche, Maya emocionada gritaba y saludaba para llamar la atención de su padre.

-Mas te vale Hayat no superar la velocidad de... -maldijo para sí mismo cuando descaradamente Hayas subió todas las ventanas para no tener que escucharlo.

-En esta familia ya no me respetan -se quejó mientras se acomodaba en el asiento, tomó aliento, se abrochó el cinturón y entonces miró a su hermano-, arranca antes de que me arrepienta.

-Jamás me has dejado conducir tu coche -murmuró Eder mientras se ponía en marcha.

-Pues por tu culpa ahora tengo que dejárselo a Haron, si le pasa algo el préstamo vendrá de tu bolsillo, lo sabes ¿verdad?.

-El día que yo no tenga culpa de las cosas que te pasan en la vida será el fin de los Darwish.

-Supongo que es más fácil culpar a alguien que aceptar los errores de uno mismo.

-Jamás creí que viviría para escucharte decirlo -dijio Eder sorprendido, escuchar a Zayan reconocer eso era como ver a su difunto padre siendo cariñoso y amable.

-Ya que me has echado jodidamente de menos y estás tan entusiasmado por pasar el rato con tu hermano favorito, he pensado en hacerte este regalo de bienvenida, mi compañía -dijo Zayan sarcástico y sonriéndole con esa sonrisa traviesa y pícara tan personal mientras se señalaba de arriba abajo como un trofeo.

-Tu compañía sin duda es imprescindible en mi vida -respondió Eder firmemente sin profundizar su tono sarcástico.

-Supongo que no habrá sido fácil volver después de tanto tiempo -murmuró Zayan mirándolo de reojo.

-Volver es y ha sido fácil, lo que no es fácil es no dar una paliza a mis hermanos por ocultarme que madre está enferma.

-Lo habría hecho si...

-Si madre no te pidiera que no me lo dijeras -interrumpió antes de escuchar otra vez esa respuesta que todos parecían haber memorizado.

-Es increible que sigas creyendo que sabes todo hermano, o que pienses que por mas viejo mas obediente -vaciló-, lo habría hecho si hubiera sabido que ya no hay amenazas para que vuelvas.

Los dos hermanos se sostuvieron las miradas durante unos breves instantes, Eder sintió la respiración más pesada solo por el hecho de escuchar a Zayan mencionar la amenaza.

Lo había mantenido al margen, porque quería protegerlo, de todos sus hermanos Zayan tenía un don para tener su cabeza en todos los conflictos de su vida, y no necesitaba que hiciera de héroe, sobre todo tras montar un ejército de jóvenes rebeldes en busca del hombre que intentó matarlo, provocó el caos en las calles, casi lo encerraron por desorden público y provocación por su lucha y rencor con la autoridad por haber encarcelados ha Adam injustamente y por no conseguir encontrar al hombre que intentó matar a Eder, con el dilema de que querían acabar con los Darwish y que nadie hacía nada.

AHLAM ~ Los hermanos Darwish ١Donde viven las historias. Descúbrelo ahora