Mientras duermo.

Quinta parte.

Al despertar, Jeff vio para todos lados, busco aquellos ojos , pero se llevo otra decepción, una vez más, al darse cuenta de que , todo lo que recordaba era un maldito sueño, tenía que dejar de pensar en él, se preguntó cuál era la probabilidad de volverlo a ver, lo único que pudo pensar es que no había ninguna, y nunca iba a existir esa posibilidad, lo que en algún momento pensó que no le afectaría en nada, probablemente, comenzaba a hacerlo, porque en sus sueños, comenzó a crear un escenario donde podía estar tan cerca de él, esa cercanía que su corazón anhelaba, un lugar donde lo que él sentía era correspondido de alguna manera, tal vez, sólo se estaba obsesionado con un amor imposible, no sabía cómo sentirse al respecto. Se sentía tonto e ingenuo al estar así por alguien con quien nunca tuvo nada, solo un par de palabras y eso fue todo, eso le bastó para estar así a estas alturas . ¿Por qué a él? La pregunta que más rondaba en sus pensamientos.
Al tener su cabeza pensando en ese asunto lo único que hizo fue poner una de sus almohadas en su cara y gritó con desesperación para sacar toda esa confusión y frustración que tenía dentro, ¿qué le estaba pasando? quería regresar ahí , el único lugar donde él lo podía encontrar.
Intento volver a dormir, una y otra vez, para poder volver a soñar con él, poder tocar aquella suave mano que lo hizo vibrar de felicidad, hasta que recordó que al ser fin de semana, tenía que ir a trabajar, se maldijo por un momento.
Así que sin lograr su cometido, lo único que hizo fue cambiarse de ropa, medio acomodar su cabello y salir, no quería que le pusieran un castigo por llegar tarde, ya estaba lo bastante ... ¿extraño? Ni él sabía cómo estaba en ese momento, como para añadir algo más a su día.

Durante el camino a su trabajo, se dio cuenta que, a diferencia de otros días, no estaba disfrutando del camino, siempre solía disfrutar de cómo el viento recorría su rostro, sus manos y su cuerpo, le daba una sensación muy grata , Jeff era ese tipo de persona que le agradaba valorar cada pequeño detalle que vivía día a día.
Era un día muy bonito, pero el tema que llevaba en su cabeza desde que despertó no lo dejaba en paz, hacia las cosas solo por hacerlas, estaba tan distraído que se sentía muy torpe en todo lo que hacía, a él le gustaba mucho ir a trabajar , pero ese día lo único que quería era que su turno terminará para poder ir a casa, no tenía ganas de nada, pero, no quería estar solo, sabía que si lo estaba, podría quedarse dormido, y volverían esos sueños a atormentarlo, le gustaban, por supuesto que sí, si tan sólo pudiera quedarse ahí para siempre, pero no podía, tenía que despertar y entrar a la cruda realidad, si no fuera por eso no tendría porqué estar así durante el día. ¿Qué podía hacer al respecto?

Cuando al fin termino su turno, salió de inmediato y escribió al grupo que tenía con Mile y Bible.

Jeff
-Necesito hablar con ustedes, no es broma. 😞

Mile
-¿Qué ocurre?

Bible
-¿Ya estás en casa?

Jeff
-No quiero estar solo ahí , voy saliendo del trabajo.

Mile
- Vamos para allá.

En cuanto leyó ese último mensaje, encendió la moto y se dirigió a comprar comida para poder ofrecerle algo a sus amigos, además, no había desayunado antes de ir a trabajar sabía que no era bueno dejar de comer, no entendía cómo podía perder el apetito, se sentía tan infantil al respecto.
Hoy, no tenía ganas de ir a ese restaurante que tanto le gustaba, así que prefirió ir a un restaurante de comida rápida, escogió rápidamente un combo para cada uno, tomó asiento en una de las pequeñas sillas que estaban en la terraza, trato de no pensar demasiado, pero , entre menos quería hacerlo, más lo pensaba, cuando menos se lo esperó un mesero interrumpió sus pensamientos.

- Disculpe caballero, aquí tiene su pedido.

- Oh, sí, le agradezco mucho, no escuche cuando me llamaron.