Vigésima parte.

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Pasó el tiempo, así como Jeff se lo propuso, hizo cualquier cosa para que Ta cambiará su decisión y al fin, poder hacer su relación algo formal, las personas de su alrededor seguían sin saber que salían, pero, Jeff no era muy bueno disimulando, cuando salían en grupo, no podía dejar de observar lo perfecto que era Ta, mientras tomaba su bebida favorita solía observarlo , eso era lo mejor de la noche, recorrer cada centímetro de él con la mirada, escuchar la manera en la que se reía, era el sonido más armonioso que podía llegar hasta sus oídos, pero, no sólo quedaba ahí, el sonido viajaba tan rápido que casi de inmediato llegaba a su corazón, lo sabía porque comenzaba a latir más rápido de lo que Jeff quisiera, no podía evitarlo, podía embriagarse , no sólo con alcohol, también con la simple esencia que Ta transmitía, de vez en cuando el menor también lo devoraba con la mirada, cada vistazo a los labios del mayor era suficiente para hacerlo morder su labio inferior.

Las ocasiones en las que tenían citas, Jeff procuraba llevarlo a lugares preciosos, a veces, no tenía ganas de salir, así que le cocinaba algo rico en casa , todos los momentos a su lado eran únicos y perfectos a su manera, pero, a pesar de que estaba seguro que todas esas ocasiones jamás saldrían de su cabeza, hubo una en especial, que quedaría grabada siempre en su corazón. Aquel en el que, le demostró a Ta de todas las formas posibles, lo mucho que lo quería.

Aquella noche, ambos chicos habían acordado quedarse en casa de Jeff, así que, cuando esté salió de trabajar se sorprendió al darse cuenta que Ta estaba esperándolo afuera.

- Hola, bonito. - saludo Jeff para después darle un beso en su frente.

- Hola, ¿Cómo te fue? - preguntó con una sonrisa.

- Lo normal, supongo. - respondió. - ¿Qué haces aquí ? Creí que nos veríamos más tarde.

- No tengo ganas de salir, ¿Podemos ir a tu casa y sólo acurrucarme contigo? - cuestionó Ta haciendo pucheros, mientras buscaba los brazos de su contrario.

- Claro que sí, cariño. - abrazó al menor. - Peroo, primero vamos de compras.

Ta sonrió y acepto cada una de sus palabras.

Ambos subieron a la moto para dirigirse al centro comercial más cercano que había del lugar, una vez que llegaron buscaron un buen lugar para estacionarse y se dirigieron hacía dentro. Ta tomó la mano de Jeff para caminar juntos.

- ¿Se te antoja algo en especial? - preguntó Jeff observando cada pasillo que recorrían.

- No, ¿Y a ti? - preguntó Ta un poco despistado.

- Bueno, déjame sorprenderte - le sonrió.

Comenzó con la búsqueda de los ingredientes que utilizaría para la elaboración del platillo que prepararía, Ta seguía muy de cerca al mayor, de vez en cuando le ayudaba a escoger entre una marca y otra, otras veces a buscar algún producto que había olvidado tomar, de vez en cuando buscaba para Jeff un verificador de precio para aquellas cosas que no tenían un buen etiquetado del precio, pero, lo que más disfrutaba hacer era observarlo tan concentrado, pensando en si algo más le faltaba, aunque no había mejor recompensa que ver su sonrisa al darse cuenta que estaba a punto de olvidarse de algún ingrediente aún cuando los repasaba varias veces,Ta comenzaba a enamorarse también, la manera en la que la pasaba con él era diferente a cualquier otra situación con cualquier otra persona. En una situación tan simple y cotidiana se la pasaban tan bien,  porque no les hacía falta nada más que su compañía.

Una vez que terminaron las compras, se dirigieron a casa de Jeff, cuando llegaron ambos metieron las compras, dejaron todo en la mesa.

- Siéntate. - abrió una silla para Ta.

Mientras duermo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora