IV

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UN LARGO APRENDIZAJE POR DELANTE.

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Caminaban por el bosque que se había hecho más denso y aplastante con el paso del tiempo. A Amarie ya le dolían los músculos lo suficiente como para arrodillarse frente a Círdan y pedirle que se dieran unos minutos. Pero no lo haría...Solo por dos sencillas razones. La primera, era demasiado orgullosa como para arrodillarse, y la segunda, no pararía porque había visto días atrás a lo que se enfrentaban; como el Hartk le había susurrado en el oído que confiara... Un escalofrío se encendió y recorrió su cuerpo. No quería recordarlo. La manera en la que le había dicho que podría volver a ver a su madre, como si solo con un chasquido de dedos todo se arreglaría para ella. No, no lo haría, ella estaba en otra parte en paz. Aunque eso supusiera el dolor de Amarie, de no tenerla a su lado. Aunque no habían compartido mucho porque solo había visto la frialdad de su madre, le quería, y le había dolido su partida.

Oh, si que dolía...

Se obligó a pensar en otra cosa, pues pensar mucho en su madre le hacía doler el corazón y escocer los ojos. Aun todo era muy reciente.

Para cambiar el rumbo de sus pensamientos, y no sentirse triste, empezo a pensar en las razones de por que su madre le había dicho que debía ir hacia Mounlinstart, en Anvard. No sabía exactamente si en realidad las razones era para que el Rey, que tenía mucha cercanía con su madre, hiciera de su tutor. Tal vez ella aprovecharía eso para el plan que tenía en mente, pues no se había olvidado de la promesa que había hecho al salir de Ethermoor. No tenía la certeza de decir que los elfos de Mounlinstart la ayudarían, ella sabía que eran muy diferentes a ellos y todos los de Brython, y de repente la pregunta se escapó de su boca sin quererlo, aunque no se arrepintió de hacerla.

–¿En qué se diferencian los elfos de Mounlinstart y los elfos de Brython?¿Por qué son una raza diferente? – había leído sobre sus costumbres, especialidades y todo eso, pero no conseguía resumir porque se consideraban una raza diferente. Cirdan puso los ojos en blanco, una muestra de fastidio completo y absoluto por la voz de Amarie.

–Haces muchas preguntas

–Me gusta saber del mundo que me rodea– Se encogió de hombros.

–Es molesto.

–¿Me responderás? – le tajo con educación y simpleza. Una muestra de la gracia que tenía naturalmente. Cirdan respiró profundamente y le respondió.

– ¿Porque se consideran una raza diferente dices?– Amarie asintió detrás de él, como si él pudiera verla. Aunque la pregunta era más retórica– Son demasiado arrogantes y egocéntricos como para aceptar que somos todos la misma mierda– Amarie se sorprendió por la palabra que salió de la boca de Cirdan, pero no dijo nada al respecto. En cambio, lo cuestionó de forma silenciosa.

¿Mierda? ¿Qué era eso?

– Se creen la raza perfecta y su linaje debe de ser tan puro como las aguas cristalinas que corren por sus tierras– dijo con voz cantarina y burlona que hizo a Amarie sacar una sonrisa inconsciente– Así que casan a los hermanos para mantener la línea de sangre pura– Amarie deformó su cara en una mueca de horror y cuando el la miro una diminuta sonrisa cruzó su rostro– Si...Ellos son realmente...asquerosos– Cirdan no encontraba una palabra decente con la que etiquetarlos.

–¿No les afecta a las generaciones futuras?– preguntó con más curiosidad aún.

–No hasta ahora– respondió seriamente.¿Es que acaso no se callaba? Amarie alzo las cejas buscando mas informacion y el resopló con cansancio–Son inflexibles como el acero– El intentaba disipar su curiosidad pero empezó a ver como un montón de preguntas sin decir se cruzaban por sus ojos– Tienen la ley natural grabada en la cabeza.

Imperium I: Entre lágrimas y verdades.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora