XIII

1 0 0
                                    


 UNA INVITACIÓN INQUIETANTE.

____________________

Desde ayer que las cosas han estado extrañas en la mansión. Extrañas contra Amarie. Todo estaba más...quieto. Amarie esta vez estaba leyendo "Crónicas de guerra de los comandantes Nyathyrianos"

Las doncellas estaban a su alrededor tomando té. Le había costado convencerlas. Aunque todas estaban más calladas de lo normal, muy calladas. Amarie, estaba sumida en sus pensamientos y había leído dos páginas sin saberlo. Dejó el libro en su regazo y miró a las tres mujeres. Triz, tenía la mirada fija en el te.

Nirn, estaba con el ceño fruncido hacia un abrigo que intentaba bordar, no parecía prestarle mucha atención a eso. Y Eym, estaba echando más azúcar de lo normal a su taza.

-¿Qué les pasa?-preguntó bruscamente. Triz dio un respingo por llenar el aire silencioso con su voz repentinamente. Nirn alzó la cabeza de golpe ,esta vez, frunciendo el ceño a ella. Y Eym paro totalmente de echar azúcar.

Las tres se miraron como intentando debatir si iban a contar un secreto muy codiciado y luego Nirn hablo:

-No debió ganar el juego de ajedrez- sentenció con voz suave.

-¿Por qué?- preguntó tontamente.

-Ahora está en el ojo del huracán, Amarie- cabe recalcar que era la primera vez que la tuteaba. Amarie no comprendió al momento pero luego una chispa en su cerebro la hizo comprender. "Su majestad, la princesa Lidn, es un poco...excéntrica"

Le había dado una advertencia indirecta. Y había notado como, en la biblioteca, su rostro se deformaba en una mueca de rabia. No le gustaba para nada perder y de eso se había dado cuenta, ¿Buscaría venganza por la derrota? No lo creia, parecia algo tonto como para buscar venganza.

-Es que...-Triz hablo y miro a los lados. Toco el aire como si algo pudiera estar ahí y luego continuó- La princesa Lidn castigo a una doncellas por murmurar sobre su partida con ella.

-¿La castigo?- Amarie no entendía nada. Sabía que aquí eran crueles por su naturaleza fría, pero ¿castigar a las doncellas? Hoy en día no se veía eso.

Eym asintió varias veces y habló en voz baja:-Congeló sus manos y se las...- los ojos de Amarie se abrieron como platos.

-Está furiosa desde ayer- agregó Triz. Nirn se mantenía callada y distante en la conversación. Y Amarie no pudo evitar sentirse culpable por lo sucedido con la doncella. "No debió ganar el juego" definitivamente no debió hacerlo.

-Tuve que sanarla-Triz cerró los ojos con fuerza como si así pudiera borrar el recuerdo- Pero no recuperó sus manos. Es una buena chica.

Y ahora lo que sintió Amarie fue furia y vergüenza ¿Cómo podían hacerle eso a una chica? Sin embargo su mayor detonante era que no podía hacer nada para evitarlo. No tenía ningún derecho sobre las doncellas. Todo a su alrededor era prestado. Solo durante unos meses hasta que cumpliera setenta y cinco años. Y luego tendría que marcharse, ese era el trato. Los ojos de Amarie se cristalizaron enseguida.

-No se sienta culpable- Tranquilizo Nirn- Esto sucede mucho más a menudo de lo que creería- reveló sin una pizca de emoción visible- Las tierras Anvardianas son crueles, eso no lo dude- sentenció antes de fijar su atención en el abrigo. Parecía que tenía cierta experiencia con la crueldad.

Ya se sabía que eran crueles, egocéntricos, arrogantes y malvados, pero no se esperaba tanto. Destrozarle las manos a una doncella era...Ni siquiera tenía palabras para describirlo ¿Como podían un temperamento tan voluble? Aquella chica no podía hacer nada más. Trabajaba con sus manos y ahora se había quedado sin trabajo y sin...

Imperium I: Entre lágrimas y verdades.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora