Reinó Min [Yoonmin]

¡Crach!

Pobre alma que hizo enojar al rey Agust y se atrevió a desobedecer lo.

-— ¿ Cómo te declaras ? — Soltó con arrogancia el Rey en su trono viendo con ojos de repulsión ah aquél campesino  que hozó robarle tras infiltrarse en el castillo.

— ¡Su majestad le ruego su perdón! — gritaba aquel hombre en el suelo arrodillado — ¡Mi esponja y hija no merecen quedarse sin su padre se lo suplico! ¡Le ruego su perdón!

—¡ Un simple pueblerino como tú se atrevió a entrar en mi Reino! — Gritó con asco — Y sabes que se les hace a los criminales.

Min dió la señal a sus hombres para que lo asesinaran pero antes de que lo hagan Jimin quién solo se mantuvo callado a su lado, se levanto gritando que se detengan.

— ¡Les ordenó que paren! — Gritó viendo cómo los guardias se detenían y miraban a su esposo.

— ¡ Príncipe Park Jimin! — Gritó molestó Agust haciendo brincar a Jimin — Como hozas a detener una orden mía

— Agust, este hombre no merece morir — dijo para pararse enfrente de este quien lo miro suplicante — No es correcto

— ¿Y te parece correcto que nos robará? — Agust se levantó de su trono el mismo lo mataría — Apártate

—N-No.., ¡No! — Dijo firme al final — Este hombre no hizo lo correcto pero tampoco lo hacemos al quitarle la vida.

—¿ Y que propones? — soltó seriamente mirando lo a los ojos.

— Es correcto que tenga un castigo el encerrarlo es lo que justamente se merece — dijo seguro de sus palabras — Deja que cumpla su condena de forma justa.

— ¿ De manera justa? — soltó con arrogancia — y luego que lo dejo ir como si nada? Que crees que alguien de su clase haría? Empiezan robando y cuando no te das cuenta se vuelven unas malditas alimañas traficantes asesinas

— Este hombre lo hizo por necesidad él no lo volverá a hacer para eso es la condena para que reflexione! — Soltó rápidamente

— Nada me garantiza eso Jimin — dijo como últimas palabras diciéndoles a sus guardias que apartarán a Jimin — No aguantaré ninguna desobediencia.

Jimin cerro los ojos asustado no quería ver lo que su esposo haría.

Ya no escucho más súplicas esa noche.