Reinó Min [Yoonmin]

bip-- bip---

Jimin miraba el agua y no estaba seguro de que hacer, esperaba a sus alfas.

  — Mi mochi bello —Yoongi beso su mejilla — Yo, nosotros, no sabemos que te ocurre.

— Sin embargo sentimos tu indecisión — Agust también beso su mejilla —Eres el esposo más bello que pudimos tener.

Jimin los miro, sabía que todo estaría bien, ese empujón que sentía se volvía cada vez más fuerte y él se estaba cansando de ignorarlo.

— Los amo — Dijo Jimin cerrando los ojos, refiriéndose a cada persona que compartió un momento— Quisiera quedarme.

Los alfas abrazaron a su Omega sin entender porque este lloraba, sentían que era una despedida pero desconocían el motivo.

— Pero que dices mi manzanita acaramelada — Yoongi beso varias veces su mejilla — Siempre estarás con nosotros.

— Hay que tomar un baño mi vida eso te relajara —Agust fue quitando las prendas de su Omega lentamente.

Entraron los tres al agua una vez que sus prendas fueron quitadas.

Jimin se tiró agua en la cara y sonrió, en verdad se sentía mejor.

Fueron a la parte profunda del agua.

Yoongi fue el primero en sumergirse y salir del agua.

Agust se sumergió un poco para mojarse el cabello.

Y los alfas miraron a su Omega, Jimin sentía una mirada expectante.

Lentamente se sumergió y se quedó unos segundos en el agua.

En ese momento en esas aguas un Omega llamado Park Jimin que vivió en una época con autos y aviones había abandonado aquella época donde fué un Omega de la realeza.

Los paramédicos hacían todo lo que podían en la ambulancia.

— Hay que llevarlo rápido al hospital no creo que aguante — dijo uno de los paramédicos.

Mientras que el otro se aseguraba de checar el oxígeno.

El Gran y respetado hospital de Seúl se vió con la llegada de un Omega que casi se ahoga en un río.

Jimin lentamente abrió sus ojos, sentía ganas de llorar una vez que visualizo que estaba en un hospital.

— sólo fue un sueño... — Trataba de convencerse así era menos doloroso.

— Es bueno que despertarás —  Un enfermero castaño entro —llamaré a los doctores que te atendieron.

Jimin miro como algo brillaba en la cabeza de ese enfermero, casi podía creer que era una tiara pero solo dejo de pensarlo y cerró los ojos.

Estaba muy cansado, y pronto llegó la duda de que le había pasado al pequeño que trató de ayudar.

La puerta fue golpeada y una alfa entro y le sonrió lucía muy contenta, le parecía familiar.

— No sabes lo agradecida que estoy — Le dijo mientras dejaba unas flores — Salvaste a mi pequeño cachorro, no dudes en que siempre estaré agradecida y que de algún modo te lo compensare siempre que pueda.

Jimin la miro tenía unas prendas de vestir muy curiosas, demasiado coloridas y poco vistas.

La puerta fue otra vez tocada, Jimin se desconcertó, parecía que dos personas tocaron al mismo tiempo.