dieciseis: "ya sé como subirte la temperatura"

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10/02/22

Madi

He dormido cómo un angel.

Literal. Con los mimos de Pablo y el agotamiento de ayer terminé derrumbada en sus brazos.

Me despierto y siento un peso en mis tetas.

Hasta dormido las adora.

Se ve completamente adorable. Su cabeza está tumbada en mi pecho y con su brazo izquierdo me rodea la cintura por completo, abrazándome.

Debo confesar que el día que nos conocimos, cuándo estábamos en el baño a nada de follar, pensé que no le volvería a ver y para el, yo iba a ser un polvo más.

Y aquí está, tumbado en mis tetas cómo un bebe el día siguiente.

Mañana volveríamos a Barcelona. Fue un viaje corto.

Quise sacarle una foto a Pablo. No la subiría ni nada, solo la guardaría para el recuerdo.

Al ver la foto, me doy cuenta de que tiene los ojos abiertos. Se estaba haciendo el dormido.

-Ey.- le llamo. -Que ya se que estás dormido.-

-Ya. Pero quiero seguir tumbado en tus tetas y sentir como me miras. Acosadora.- se ríe.

-Yo no te estaba mirando.- miento.

-Sí, si. Lo que te ayude a dormir por las noches. Madison.- me responde.

-¿Me has llamado Madison?- le pregunto.

-Sí, ¿hay algún problema? Tu me llamas Pablo.-

-Ya pero nadie me llama Madison.- contraataco.

-Y tu eres la única que me llama Pablo.- me informa.

Terminamos besándonos hasta que tocan la puerta.

Pablo se levanta de la cama para abrir la puerta.

No se ha dado cuenta.

-Pablo- le llamo.

El se da vuelta y me miras.

-¿No querrás abrir la puerta así no?- le pregunto riéndome por lo bajo.

El se observa a el mismo y se da cuenta de que va solo en bóxers y la erección mañanera se ve muy presente.

Se ríe y vuelve a ponerse el chándal que la noche anterior yo había tirado por ahí.

Se dirige nuevamente a la puerta y la abre.

-¡Es Pedri!- me informa.

Se quedan hablando un poco y luego el canario entra en la habitación.

-Buenos días- se corta a el mismo. Parece que piensa en algo. -¿Esa no es tu camiseta?- le pregunta al sevillano.

El asiente com una sonrisa.

-¡Lo habéis hecho!- afirma exclamando.

Nosotros dos solo nos podemos reír.

-No sabéis cuanto he esperado por este momento.- dramatiza. -¿Cuándo os casáis?-

Yo río nuevamente.

-Cuándo ella quiera.- responde Pablo en un tono bajo pero no lo suficiente ya que lo alcanzo a escuchar.

-Bueno. ¿Os apetece desayunar los cuatro juntos?- nos pregunta Pedri.

-Claro.- le respondo.

El se va y nos deja cambiarnos.

everytime |  𝗉𝖺𝖻𝗅𝗈 𝗀𝖺𝗏𝗂 ¡!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora