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El cielo estaba nublado gracias a gigantes nubes grises, caían gotas de agua de forma apaciguada, el mar estaba en calma pero seguía teniendo aquel color grisáceo. 

Ao'nung sentía la brisa fría golpeándo su espalda, sus manos encontrándose igual o incluso más frías por más que las frotara, se dirigía a su antiguo lugar secreto. Antiguo porque ahora lo compartía con alguien más; Neteyam. Compartió la ubicación por accidente, neteyam se abrió con él en una de las ocasiones en donde Lo'ak hacía de las suyas y el mayor cargaba con toda la culpa.  No pudo más y en modo de consuelo le contó que para sentirse mejor despejaba su mente, en una cueva que se encontraba solo a unos metros de distancia pero que nadie más que él conocía. 

Se la enseñó (la cueva) y le contó cómo había salido de momentos difíciles estando allí, todo el tiempo tenía que tratar de igualar su nivel con el de Tsireya o de alguna u otra forma terminarían siendo comparados. La presión siendo el hermano menor era igual a la que sentía Neteyam por más raro que pareciera. Se sentaron uno bastante cerca del otro, rozando sus hombros mirando hacia la salida, un hermoso paisaje se encontraba enfrente de sus ojos, varías caracolas, el cielo azul, las olas rompiendo en la orilla y el viento proporcionándoles una ligera brisa. Neteyam se olvidó de sus problemas y se quedó dormido en el hombro del contrario. 

Ahora donde hasta el más ligero viento calaba hasta lo más profundo de sus huesos Ao'nung se debatía si seguir hasta su destino o darse la vuelta y quedarse en casa resguardado de la lluvia. Con la poca fuerza de voluntad que le quedaba corrió lo más rápido que pudo y en unos minutos llegó al lugar, se apresuró a entrar y se alegró por primera vez en su vida al no sentir las gotas de agua caer en su cara. 

- viniste - Neteyam sonreía mientras lo veía acercarse y sentarse a su lado. 

- ¿Pensaste que no lo haría? - Ao'nung correspondió aquella sonrisa y descansó su cabeza en el hombro del contrario. Ya se podían permitir cosas como aquellas, desde la primera visita del Omaticaya a su pequeño escondite el contacto era algo constante y casi que imprescindible e inevitable cuando estaban juntos. 

- bueno, eso hubiera sido mejor. Si te enfermaras por mi culpa Ronal me mataría. - Neteyam se encontraba pasando sus dedos por el cabello del Metkayina, había descubierto que aunque no fuera algo que el menor hubiera dicho en voz alta le gustaban los cariñitos en la cabeza, era como un bebé esperando por mimos todo el tiempo. 

- ¿pero eso te hubiera gustado? - Ao'nung posó su mirada en la cara del omaticaya, neteyam no sabía como clasificar esa acción, no sabía si su tono era genuino o descaradamente estaba coqueteando con él. La sensación extraña en su estómago regresó y la cercanía que había entre sus caras lo había dejado totalmente paralizado perdido en su rostro. 

Ao'nung notó esto y rotando un poco su torso quedó de forma que la cercanía no se perdiera pero que fuera más cómodo mirar a la persona que estaba detrás de él. 

- ya sabes la respuesta, no me agrada estar solo. — susurró con tono calmado, su aliento chocando con los labios del metkayina gracias al poco espacio entre ellos.

Neteyam miraba directo a los ojos del metkayina y lo mismo hacía Ao'nung, distinguiendo cada color que pudiera haber, simplemente contemplando lo que había enfrente de ellos. Ao'nung decidió ser el primero en salir de aquel trance y alzar su mano hasta tocar la mejilla del omaticaya, mantuvo su mano allí, acariciando con su pulgar la zona, aún mirando a sus ojos buscando algún permiso, no seguro de lo que haría después.

Neteyam sonrió, manteniendo el contacto visual, su corazón acelerándose cada vez más y sintiendo aquella sensación cálida en su pecho. De igual manera estaba Ao'nung, su cabeza llenándose de preguntas sin respuesta hasta que cumpliera con lo que su mente maquinaba. Aún dubitativo logró juntar sus labios con el mayor, cerrando sus ojos en el proceso, dejándose llevar por sus sentimientos dejando de lado el miedo.

Sus labios moviéndose lentamente, Neteyam seguía a su ritmo, estaban en una burbuja, no sentían la brisa de fuera, tan poco las gotas que de vez en cuando entraban, mucho menos se dieron cuenta cuando de un momento a otro la cabeza de neteyam descansaba en el suelo y las manos de Ao'nung habían cambiado de posición, ahora estando en la cintura del contrario.

- ☆ -

El primer beso, quería hacerlo especial y espero haberlo transmitido. El cap era para el jueves pero los trabajos me consumieron, el lunes subiré el siguiente cap y muy probablemente a lo largo de esa semana publique el último. Muchas gracias por todo el apoyo que le han mostrado a la historia ♡

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