A escondidas (Jenlisa)

Capítulo 21

JENNIE

Estaba que hervía de celos. Ver a Lisa tan enamorada con su novio, me hizo sentirme un poco mal. Dios sólo yo podía besarla, no él.

—¡Maldición!— grite mientras golpeaba el escritorio dentro de mi oficina. 

Toc Toc ..

Levante mi mirada y vi hacia la puerta. Rogaba por todos los cielos que no fuera Lisa, o me desquitaría todo con ella, pero claro con quien mas tendría que hacerlo si no fuera con ella. 

—¡Adelante!— dije y vi la puerta abrirse. Y como si el destino estuviera de mi parte la silueta de una mujer aparecía por detrás de la puerta.
  
—Hola mi amor— me dijo la mujer que acababa de ingresar. 

—¡Ahhhh!— grite y me levanté para ir corriendo a su encuentro brinque y enrede mis piernas a su cintura y ella me sostuvo —¿Dios, eres tu?— pregunte. 

—Si cariño quien más— dijo —¿acaso esperas a alguien más?— entrecerró sus ojos.  

—Por Dios— dije baje mis piernas y la abrace más a mi cuerpo —te extrañe tanto, creí que ya te habías olvidado de mi— dije y me separe de ella, para cruzar mis brazos y hacer un puchero. 

—Nunca me olvidaría de ti— me dijo deshaciendo mi enojo. 

—Pero llevo más de 7 meses sin saber de ti Rosie— dije y le propine un golpe en su hombro. 

—Hey tranquila culona, que seas mi amiga no me impide golpearte— me dijo y sonreí.  

No podía creerlo, hacia 7 meses que no sabía nada de ella. 

Rosé era mi amiga de la infancia, crecimos juntas, fuimos al Kínder, a la secundaria y hasta la Universidad juntas.

Después ella se fue por y meses con sus padres a Londres y ahora había vuelto, justo cuando mas la necesitaba. 

—¿Y bien Kim?— dijo —dime quien es ese bombón que está en la sala— yo bufe. Ella era lesbiana muy abiertamente.  

Mientras yo ni siquiera sabía lo que era, pero Lisa creaba esa duda en mi. Pero después de haberla visto besarse con su novio no quería tener esa confusión en mi.

—Ey— me dijo- me escuchaste. 

—Si te escuché amiga— dije y ella frunció sus cejas —¿la conoces?— me pregunto. Yo asenti y solté un suspiro.  

—Más de lo que te imaginas— le dije y mi amiga llevo sus manos a su boca.  

Para después soltar una carcajada. 

—No me digas que por fin te decidiste— me dijo mientras subía y bajaba sus cejas. 

—En serio Rosie— y ella se acercó a mi. La mire a los ojos y no sabía que decir. 

—Ya— me dijo mi amiga —que te parece si vamos a almorzar y me cuentas vale— yo asenti.
 
Ordene un poco las cosas de la oficina, le envié un mensaje a Mino diciéndole que Rosé había llegado de sorpresa y que saldría a almorzar con ella. El me contestó que se alegraba que mi amiga haya vuelto, obvio el sabía de su existencia si yo misma se lo conté cuando nos conocimos.  

Salimos de mi oficina y pude ver a Lisa aún sentada mientras cambiaba de página las revistas.  

Al sentir nuestros pasos levantó su mirada, la cruzo con la mía, pero inmediatamente miro a Rosé a mi lado y frunció su frente. 

En ese momento mi buena amiga, llegó a mi lado y enlazo nuestras manos. Sabía que lo hacia por saber que había entre mi y Lisa, porque no se aguantaría hasta que lleguemos al restaurante.

Lisa estaba apunto de levantarse y venir hacia nosotras cuando su móvil sonó.

—Kim tienes mucho que contarme, porque esa mujer que está allí— dijo moviendo su cabeza en dirección  a Lisa —casi me mata con la mirada. 

—Es una larga historia amiga— dije —así que vamos rápido o no tendremos tiempos de ponernos al día. 

Nos miramos y soltamos una carcajada mientras ella pasaba su brazo por mis hombros y salimos de la empresa.

Antes de terminar de salir pude ver por el reflejo de las ventanas a Lisa mirarnos mientras nos íbamos.  

Sonreí. Para que veas que se siente. Estaba más que segura que se había puesto celosa. 

Y lo termine de corroborar cuando un mensaje llegó a mi móvil.

Ya habíamos subido al auto de Rosé, cuando tomé mi móvil y mire el mensaje de Lisa.

Lisa:

¿Quien es esa mujer con la que te fuiste?

Contéstame. 

Yo fruncí mis cejas y solté una pequeña carcajada. Rosé me miro como si estuviera loca. Antes de que ella pueda decir algo, levante mi móvil y lo puse frente a sus ojos. 

—Wow...— dijo mi amiga —quiero saberlo todo, con lujo de detalle Jennie, con lujo de detalles. 

Yo sólo negué. Por fin alguien con quien poder hablar de lo que siento.