A escondidas (Jenlisa)

Capítulo 29

NARRADOR OMNISCIENTE

Una Lisa algo enojada entraba por la puerta del estudio de la mano de su novio.

Tenía el semblante serio debido a que no quería ver a la morena. Después de dos días de esa tarde donde le hizo el amor a Jennie no la volvió a hablar. Lisa estaba enojada, triste, angustiada y a la vez más que celosa.

El motivo sólo era uno con nombre y apellido “Jennie Kim” así cómo ella no había hablado a la morena, ella tampoco lo había echo con ella.

Una vez adentro se escuchó la voz de Mino. Lisa giro los ojos lo menos que quería era verle la cara al dueño de la mujer de la cual estaba enamorada, el dueño de la mujer que ella había tenido entre sus brazos y la había amado con devoción.

—Ahí esta mi pareja favorita— dijo Mino llegando al lado de Lisa y Jackson.

—Amigo— dijo el cantante chocando las manos con el otro hombre y dándose un pequeño abrazo.

—Lisa— estiró su mano y esta le correspondió.

Lisa sentía su sangre hervir, sin ningún problema miraba la marca que Mino tenía en el cuello, y a su mente sólo llevaba una manera de que el la haya obtenido, había estado con Jennie.

Lisa se sentía loca. Ella no había dejado a Jackson entrar en intimidad con ella, lo había echo para conservar el aroma y la sensación de la piel de la morena en su cuerpo.

—Hola Mino, ¿todo bien?— pregunto Lisa en un tono aburrido.

—Si de maravilla— dijo y entonces supuso que las cosas entre Jennie y el habían mejorado.

—Me esperan un segundo— pregunto dijo Mino a la pareja y fue hacia la recepción.

—Wow se ve feliz— musito Jackson.

—Eso parece— dijo Lisa sin importancia.

—Mierda creí que Carla mi recepcionista la había tapado— exclamó Mino —vamos a mi oficina.

Ambos hombres se dirigían entusiasmados. Uno para contarle al otro lo sucedido ayer y el otro por escuchar.

Al parecer eso hacían los hombres para levantar su autoestima.

Mientras una ojiverde que hervía de celos empujaba una puerta sin siquiera tocar.

Encontrando a una morena frente a su escritorio con muchas hojas sobre el.

—¿Pero que?— dijo Jennie cuando sintió que la puerta se abría a toda fuerza.

—¡Ahora entiendo porque no me buscaste!— casi grito Lisa con toda su cara roja de la furia.

—¡Que te sucede, porque entras así a mi oficina!— exclamó Jennie en un tono de molestia  mientras se levantaba y caminaba a cerrar la puerta—y baja la voz que no estamos en tu casa— le advirtió la morena.

—¿Que me sucede?— dijo en tono irónico Lisa y la morena la miro sin comprender.

Cuando Camila pasó por su lado pudo notar en el cuello de la morena una marca similar a la de Mino.

—Si, que te sucede— exclamó, porque entras así y porque me miras así—dijo viendo como Lisa la miraba con las cejas fruncidas y sus dientes apretados.

—Por esto— dijo Lisa y se acercó a la morena.

La tomó del brazo sin importar que Jennie protestara y la paro frente al espejo que tenía Jennie en su oficina, se colocó detrás de ella y de un movimiento movió el cabello de Jennie y le mostró la marca.