chpt. 10.

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    Pasos pesados y descuidados resonaron contra los pisos lisos del angosto pasillo que conectaba las puertas de la planta superior en la casa de Bill.

Escuchó a su padre deslizarse en dirección a su recámara en la lejanía cuando Jeffrey lloraba frente a él en el balcón y apenas y fue capaz de despedirlo para correr hasta su cama y meterse debajo de las sábanas antes de que su padre abriera la puerta sin llamar primero.

El pelirrojo estaba cubierto hasta la cabeza y respiraba pesadamente, cuando la puerta se abrió. Por un momento todo lo que se escuchó fue silencio, luego la puerta fue cerrada y segundos después las mantas fueron bruscamente alejadas de su cuerpo.

—¿Qué demonios hacías, Bruce? —cuestionó su padre inclinándose sobre él mientras el pelirrojo se encogía con miedo.

—E-estaba durmiendo... no sé de qué hablas yo-

—¿Me crees estúpido, chico? ¿Que puedes engañarme debajo de mis malditas narices? —cuestionó alejándose para comenzar a rebuscar en la mesita de noche del pelirrojo.

—¿Qué haces? —pregunta el pelirrojo levantándose para tratar de alejarlo.

—No soy malditamente estupido ni sordo, crees que no puedo escucharte con todo el maldito ruido que haces. Estabas haciendo algo aquí, niño. Pude escuchar tus malditos pasos, y sea lo que sea que estés escondiendo lo voy a encontrar —dijo Stephen arrojando todas las pertenencias del pelirrojo hasta dejar el mueble vacío—.Y escúchame bien, Bruce, si descubro alguna mierda aquí, marihuana, cocaína, las malditas drogas sintéticas que están por todos lados... estás muerto.— A continuación se empujó al pequeño pelirrojo y se arrodillo aún lado de la cama.

—Dame una razón, Bill. Una maldita razón y yo mismo te llevaré con la maldita policía, entonces verás cómo terminan los adictos. —dijo con los dientes apretados comenzando a arrojar los zapatos de Bill en todas direcciones—¿Qué demonios es esto?—dijo su padrastro sacando una caja de color oscuro del fondo. La realización cruzó sus ojos. —Estás tan malditamente muerto, chico.

Eran los discos de vinilo que Jeffrey había comenzado a regalarle semanas atrás. «Creo que tu colección puede empezar con estos, por lo menos hasta que te consigamos el tocadiscos, Bill» Había dicho cuando le tendió el Beggars Banquet, actuando como si no fuera la gran cosa.

— ¿Qué carajos es esto, bruce? ¿Por qué demonios tienes esta basura?— Pasó los dedos por los vinilos, su ceño frunciéndose más cada vez que uno nuevo aparecía—¿Cuando vas a comprender que esto no es más que un montón de propaganda satánica, eh? ¿Cuántas malditas veces tengo que repetirte que escuchar a estos depravados no hará nada por ti más que mandarte al infierno?

Su padre tomó A Nod Is As Good As a Wink... to a Blind Horse, y este fue el primero en estrellarse contra la pared y deshacerse en fragmentos oscuros.

¡No! —fue todo lo que Bill fue capaz de pronunciar antes de abalanzarse contra su padre para poder arrebatarle los discos. Sin embargo fue arrojado sobre su espalda antes de que pudiera tocar los vinilos.

—Entiéndelo de una vez por todas, niño, esta mierda de aquí—dijo arrojando it ain't easy a continuación— Atenta contra todos los buenos valores de nuestra iglesia. ¿Cuántas malditas veces vamos a tener que pasar por esto antes de que entiendas?

Y continuó arrojando los vinilos hasta que fragmentos oscuros se apilaron cerca de la pared y el último de ellos desapareció. Bill observó temblando en el piso, estremeciéndose con cada impacto.

𝗰𝗵𝗲𝗿𝗿𝘆; izzaxl.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora