el lápiz golpeaba con insistencia las hojas blancas de su cuaderno escolar, el profesor escribía oraciones cortas en el pintarrón mientras hablaba de espaldas a su clase.
bill lo observaba sin comprender realmente lo que decía, hablaba rápido y murmuraba seguido, parecía que las cosas que decía estaban más destinadas a él mismo que a el grupo de adolescentes ruidosos que tenía a sus espaldas.
el rincón en el que el pelirrojo se encontraba era silencioso comparado con el otro extremo de la habitación donde jefrey se encontraba, las butacas rodeaban al pelinegro como si las atrajera a propósito, todos murmuraban a su alrededor y el pelinegro observaba de lejos al pelirrojo rodeado en su mayoría de butacas vacías y estudiantes dormidos.
bill lo sabía porque sin querer su mirada se desviaba cada tanto hasta donde el pelinegro se encontraba, y podía sentir su mirada insistente sobre él.
la realidad es que bill había dejado de hablar con jeffrey desde hacía días y no había hecho más que ignorarlo salir corriendo cada vez que el pelinegro había tratado de dar un paso en su dirección.
estaba enojado, triste y decepcionado de lo que jeffrey era.
antes de que el profesor diera por terminada su clase, bill guardó todas sus cosas en su mochila y salió sin decir una palabra del salón de clases, el profesor ni siquiera reparó en la puerta abriéndose y cerrándose, ni en la ausencia de uno de sus alumnos.
los pasillos estaban vacíos y silenciosos a esta hora del día, bill sabía que sus pasos resonarian por toda la escuela si no caminaba con cautela. así que se aseguro de caminar sobre las puntas de sus pies por lo menos hasta estar cerca de la salida, pero entonces escucharon pasos pesados y toscos detrás de él y risas que conocía demasiado bien.
pronto las voces lo habían alcanzado y bill había sido arrojado al suelo estrepitosamente por un golpe en su espalda. aturdido y tendido de bruces giró el rostro para encontrar a los idiotas que lo habían molestado la mitad de su existencia.
—hola, bill —dice el más alto de ellos sonriendo de una manera que hace que el estómago del pequeño pelirrojo se revuelva—. te he extrañado muchísimo ¿sabes?
—¿qué demonios quieren? —masculla entre dientes empuñando ambas manos apoyadas en las baldosas pulidas.
—saludarte, bill. todo lo que queremos es saludar a nuestro marica favorito. —responde nuevamente el más alto provocando risas de sus acompañantes.
—vete al diablo, imbécil.
—¿acaso dijiste algo, billy? —cuestiona mientras se inclina para poder estar a la altura del pelirrojo y jalar su cabello para forzarle a verlo a los ojos.
—dije que te fueras a la mierda, maldito imbécil. —responde antes de sentir un puñetazo impactandose en el centro de su abdomen.
—ha pasado tanto tiempo billy, creo que has olvidado cómo funciona esto; yo hablo y tu escuchas, yo te golpeo y tú no dices nada. se un buen marica, copera conmigo. —dice sobre su cabeza mientras el pelirrojo se retuerce y tose en el piso.
—¿qué demonios crees que haces? —cuestiona alguien al idiota que cernia peligrosamente al pelirrojo.
—tranquilo, isbell. simplemente estamos saludando a billy. recordandole un par de cosas, ya sabes. —respondió el principal agresor irguiéndose y caminando despreocupadamente hasta el pelinegro.
ESTÁS LEYENDO
𝗰𝗵𝗲𝗿𝗿𝘆; izzaxl.
Fiksi Penggemar"se abrió paso a través de un paquete de cigarrillos baratos, licor fuerte mezclado con un poco de intelecto y a todo mundo parecía agradarle una cara tan linda en un lindo cuello. me esta volviendo loco pero me gusta, a mi me gusta" kiwi || h.s.