chpt. 13.

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—¿Qué es esto? —cuestionó con confusión levantando la vista a medias para poder observar el objeto que había caído sobre su regazo y el rostro sonrojado de su amigo que lo observaba sonriendo de una manera inquietante, esperando por todos los medios obtener una explicación.

—Es un regalo, Jeffrey. —respondió el pelirrojo sentándose a su lado y empujándolo en el proceso para hacerse un espacio sobre el pequeño montículo de tierra en el que el pelinegro se encontraba fumando.

—¿Otra vez, Bill? —suspiro con hastío. Esta era la tercera vez en esa semana que recibía este tipo de atenciones y no es que le molestara, honestamente, al principio había sido realmente cómico observar los torpes intentos del pelirrojo por presentarle obsequios alusivos al cariño.

Al principio, había estado muy confundido con respecto a ese tipo de comportamiento por parte suya, sin embargo cuando las pequeñas y extrañas ofrendas venían acompañadas de discursos sobre "amistad y confianza" realmente comprendió las intenciones de su amigo.

—Amy me ayudo esta vez, creí que era algo tonto, al principio pero dije "hey, Jeff es tonto por si solo, seguro le encantara una de estos estupidas... ah... manualidades". —culminó con una mueca al observar cómo los dobleces del corazón rojo brillante comenzaban a separarse, se había asegurado de ponerles pegamento especialmente a los bordes y a las letras que Amy había dibujado con un crayón tan pulcramente como una niña de 7 años podría haberlo hecho.

—Bill... —comenzó suspirando una vez más. Mientras el pelirrojo batallaba por volver a unir el corazón con sus dedos torpes.

—Este estupido pegamento no funciona. —gruñó rindiéndose al fin y volviendo a arrojar el corazón de papel sobre el regazo de Jeff—. Eres mi mejor amigo Jeff, y ese corazón... uh... yo te quiero y puedes contarme lo que sea que te suceda... o haya sucedido, ya sabes. –terminó aclarándose la garganta y observándolo ansiosamente.

Esta situación realmente había comenzado a desesperarlo; Bill quería que Jeff le contará una parte de su vida que él se negaba a recordar. En primer lugar, porque aunque jamás lo había dicho, había sido algo que se negó a aceptar.

—Bill, sé porque haces esto. Pero necesito que te detengas.

—¿Por qué, Jeff? —cuestionó haciendo un puchero a medias, probablemente empleando su peor rostro lastimero. Jeff se frotó el rostro con cansancio y apretó su agarre sobre el corazón que comenzaba a desarmarse en su mano.

—Ya te lo he dicho.

—Pero Jeffrey-

—No quiero hablarte sobre eso, Bill y creo que tendrás que aceptar eso de una vez. Vine aquí para estar con mi mejor amigo y hacer... cualquier cosa... pero supongo que será mejor que me vaya. —masculló mientras se levantaba de su asiento y arrojaba la colilla del cigarrillo que se había consumido entre sus dedos.

—¿Sabes qué, Jeffrey? Estoy comenzando a cuestionarme si realmente somos amigos. —dijo incorporándose detrás del pelinegro.

—¿Qué... cómo puedes decirme eso, Bill? Después de... después de todo... Solo porque no quiero decirte lo que quieres. Creo que ni siquiera entiendo por qué quieres saber —cuestionó con incredulidad.

—No se trata de eso.

—¿Entonces de qué se trata?

—Tú, tú me conoces muy bien, sabes la mierda que es mi familia y sabes todo lo que me han hecho. Me has ayudado Jeffrey y yo ni siquiera te lo pedí, estoy en deuda contigo... y lo odio, lo odio porque siento que debería hacer algo cuando evades temas sobre tu familia y te pones triste el resto del día. Odio sentir como que debería hacerte sentir mejor como tu lo haces conmigo, pero no puedo porque no me dejas.

𝗰𝗵𝗲𝗿𝗿𝘆; izzaxl.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora