-Tenía que ser suficiente, debía aguantar, como su madre le había dicho, como llevaba repitiéndose toda la vida.
Se fuerte, Irina. Lo suficiente como para acabar con los del Monte Weather, para ser más inteligente que ellos. Lo suficiente como para...
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Bellamy salió corriendo detrás de ella, e Irina lo siguió aunque realmente solo actuaba por inercia.
Esquivaban los árboles con agilidad pero parecía que la terrestre lo hacía sin ni siquiera un poco de esfuerzo, y les llevaba muchos metros de distancia. Bellamy trató de apuntar con la pistola mientras corría a toda velocidad, y ahí es cuando pudo ver su cara. Pero él no sabía que era Agnes, nunca la había visto. Pensaba que era una terrestre cualquiera.
Irina por fin espabiló, y cayó en la cuenta de que podían tener ventaja. Agnes era la que corría, la que huía de ellos por alguna razón que desconocía. Quizás si pararan y apuntaran bien, podrían matarle.
Agarró del brazo a Bellamy, frenándole. Este giró su cabeza mirándole confuso.
—Bellamy, es Agnes.
El moreno abrió un poco los ojos sorprendido. E inmediatamente llevó su mirada a la dirección de la terrestre con la respiración agitada de correr, aunque ya no se veía a nadie. Frunció el ceño.
—¿Y por qué paras? Podríamos haberla pillado.
Irina no le miró, porque ya estaba apuntando con su arco al bosque, buscando por todas partes a la chica, preparada para en cualquier momento, disparar la flecha.
—No podemos ganarla a correr en los bosques. Es su terreno. Pero nosotros somos dos, y tenemos punter...
Antes de que Irina pudiera terminar la frase, sintió como una flecha rozaba su pómulo derecho, dejándole un rastro de sangre. No sabía de donde cojones había venido. No le había hecho daño, porque no había apuntado bien, pero quería hacerlo. Quería darle justo en la cabeza.
Bellamy sintió su cuerpo tensarse al completo por el enfado al ver la flecha casi dando a Irina. Y sintió, literalmente como había algo que ardía en su interior y le llenaba el pecho. En un movimiento rápido alzó la pistola para ver mejor donde estaba Agnes, pero de nuevo, estaba huyendo. Solo se veía una figura haciendo zig zag entre los árboles.
—Voy a matarla. —enunció, para después comenzar a correr detrás de ella de nuevo. Salió disparado, y aceleró todo lo que sus piernas le permitían, sin despegar la mirada de su espalda para no perderla. Irina lo había seguido al instante, con los ojos abiertos al escuchar su tono. Grave, furioso y casi como un gruñido.
A la rubia no le parecía una buena idea. Seguirla por los bosques desviando el camino al transbordador, a paso tan rápido llamando la atención de otros terrestres. Que Agnes le hubiera disparado y hubiera fallado, quizás apropósito... Parecía una emboscada, una trampa.
Pero Bellamy parecía no caer en cuenta de todo aquello. Su mirada no se apartaba de Agnes y su cuerpo no dudaba ni un momento de sus pasos, estaba decidido a matarla. Se lo había prometido a Irina, que nunca más le iba a volver a hacer daño. Pero lo había hecho, y ahora tenía una herida en su rostro. Y por muy insignificante que fuera, no iba a permitir ni una gota de sangre más. No a ella, con Irina no.
